Minatitleco

Desde Minatitlan, Jaltipan Coatzacoalcos ,Cosoleacaque y demas poblados vecinos del estado de Veracruz se edita este higuereño

viernes, 31 de octubre de 2008

RAITERO EN EL PUENTE CULIACAN



PUENTE NEGRO DE CULIACAN SINALOA



De Guamúchil a Culiacán hay 110 kilómetros. Por ser la capital del Estado, los Guamuchilenses de todos los niveles, por una u otra razón siempre tienen que ir a Culiacán. El medio de transporte es múltiple y seguro, pues estando Guamúchil partido por la carretera Internacional, era paso obligado de todas las líneas camioneras –Transportes del pacifico, Norte de Sonora, Tres Estrellas de Oro-, amén de los carros de sitio que tenían salida diaria , como Betón Sánchez , Tista y otros cuyos nombres se escaparon de mi memoria. Para los plebes estudiantes, aventureros o vagos, no faltaba el raid con los conocidos del Pueblo, que con gusto te llevaban nomás para no aburrirse, eso sin el temor que existe actualmente de que te salga un asaltante el raitero.
El regreso de Culiacán a Guamúchil se facilitaba, porque ya existía una caceta de cobro, pasando el puente negro. Ahí se daban cita los raiteros, pues no faltaban conocidos que se parara en esa caceta y les diera el aventón.
El Yayo, aquel gaviotón que nos cayó en el DF cuando estudiábamos, tenía la costumbre de ir por lo menos dos veces a la semana a Culiacán. Negocios no tenía y sabiendo lo prángana y perdulario que era, me imagino que solo iba a ver que tranzaba en la Capital. Naturalmente sus viajes siempre fueron de raid y era sumamente conocido hasta por los operadores de autobuses. Su figura en el área de protección de la caceta de cobro del puente de Culiacán, era parte del paisaje local .Era mas lo que se le veía pidiendo raid en ese lugar que en otra parte, ya los cobradores, dos, lo habían hecho compadre, y creo que una de las muchachas de limpieza de ahí era su novia. Sucedió un día que el Yayo no amaneció con buena suerte. Empezó a pedir raid desde las 2 de la tarde , y cada vez que se dirigía a un conductor este invariablemente le decía que ahí nomás iba , que no iba hasta Guamúchil , que lo sentía .. Las tripas le gruñían, pues solo tría una mestiza y dos coricos en las mismas, ya eran las 6 de la tarde y seguía de malas. Se paró un troque viejo, era el Chito Urías del Cerro Agudo. Se le acerca el Yayo y poniendo cara de muy buena gente –era su especialidad- le pidió el raid.
-“Compa –dijo- no me da un aventón pa Guamúchil…”?
Lo miró el Chito, y como andaba de mal humor se volteó sin contestarle.
-“Compa –insistió el Yayo- lléveme pal Pueblo fíjese que ya llevo aquí como 6 horas y no puedo conseguir raid”.
El Chito le dice de mala gana, no te puedo llevar plebe, porque yo nomás allí voy-al tiempo que le señalaba con el dedo-
-“le voy a dar un buen consejo-le dice el Yayo- no vaya para allá pa donde dice “
Por que no –contesta el Chito-
-“por que ya no va a caber –le dice el Yayo- y yo se lo que le digo pues fíjese que desde que estoy aquí en la mañana todos los carros nomás ahí van , así que estoy seguro que ya está lleno de carros y usted no va a caber ya –agrega el plebe .
Ante la salida del plebe no aguantó la risa el Chito y le dice súbete si voy pa Guamúchil.

jueves, 30 de octubre de 2008

DEL TULE A LAS HIGUERAS ESPANTAN


De las Higueras al Tule hay unos 8 kilómetros de distancia. El camino es terracería, y se conserva aún el viejo camino real sin cambios, sin huellas de máquina que haya trabajado en el mismo, raspándolo o haciéndolo mas grande. En los tramos de arenales, pues es lecho del arroyo, sigue corriendo el agua en cada lluvia, los cercos de postes y alambre, caídos en algunas partes, bordean ambas orillas .Los matanenes se enredan en los viejos postes y dan sus conocidos frutos a los que después de pelarlos les sacábamos unos huevitos blancos y pequeñitos-semillas -. Hay tramos donde se anidan viejos vainoros que entrelazan sus largas guías entre los guamúchiles que también abundas. Caminar todo ese tramo es hacerlo abrazado por las dos cordilleras de cerros que son separadas por una cañada rica y generosa, de donde se siembran cacahuatales que visten de verde las quebradizas tierras. Al llegar a los Becos, empieza uno a subir, pues en esa área los cerros se entrecruzan, se deja el arenoso camino real para internarse en un tramo pedregoso y duro, donde se aprecian paredones laterales que indican el corte a las lomas que se van cruzando. Al rato viene la bajada y vuelves a caminar por tramos arenosos.
Ese camino lo anduve a pie desde niño. Acompañaba a mi abuela Ignacia-nana Nacha- a visitar a los parientes que vivían en el Tule de arriba. Todo el trayecto era tranquilo, pocos carros pasaban por ahí.de vez en cuando nos encontrábamos con algún labriego arreando un burro con una rastra de leña, o vaqueros gritándole a alguna manada de ganado que traían pastoreando por esas tierras. Disfrutábamos de su fauna, eso si. Muchas veces se nos atravesaba una churea o simplemente se nos adelantaba e iba caminando un rato delante nuestro. Nos recreábamos con las chararacas con sus pechos amarillos entrando en sus nidos colgantes. No faltaba la liebre que repentinamente brincaba de su sesteadero cercano al camino, a esta le apuntaba con un palo y le disparaba mil balas para cazarla. No fallaba que al ir caminando por la blanca arena, encontráramos la huella recién dejada de una culebra, a veces delgadita en otras ocasiones anchas huellas que delataban la magnitud del ofidio. Invariablemente también borraba la dichosa huella con mi huarache, para permitir el paso de mi Ángel de la guarda y si no lo hacía me incomodaba grandemente, pues siempre creímos de plebes que nuestro bendito Ángel no pasaría y estaríamos indefensos ante los peligros de la tierra.
En mas de tres ocasiones que íbamos pasando lo que se llama “puerto de suelo” , o sea subir y bajar la loma adelantito de los Becos, llegábamos a la puerta de trancas de un pequeño cerco del lado izquierdo de las Higueras al Tule. Una vez se nos hizo tarde de regreso y ya nochecita íbamos pasando por ese lugar cuando oímos el quejido largo y lastimero. Al principio pensé en algo natural, estaba plebito y no me inquieté, pero mi abuela si y me jaló bruscamente diciendo que nos apuráramos, luego la miré que se persignaba y decía no se cuantas cosas. Ya en casa mi Nana lo platicó con mis padres y mi apá dijo que ya sabían que ahí y habían matado a puñaladas a un compa de Cahuinahuato y que mucha gente decía que espantaban. Después siempre me tocó pasar de día, pero aún así en dos ocasiones más escuchamos los lúgubres quejidos, que no tenían nada de humanos.
Eso fue en mi niñez. Murió mi Abuela y mi mamá no regresó nunca al Tule, yo salí a estudiar a Guamúchil la secundaria y ahí mismo cursé la Preparatoria. Me fui a México a estudiar Medicina y seguí alejado de las tierras de mis abuelos maternos. Veinte años después andábamos de baquetones mis hermanos y yo y nos fuimos a un baile al Valle Mocorito, pistiamos un rato y como a las 11 o 12 de la noche nos regresamos para las Higueras. Todos veníamos alegres y con plática cerrada por todo el camino. Aún traíamos cervezas. Subimos el puerto a buena velocidad, agarré la curva en la troca y al salir le doy con las luces a la puerta de trancas que está en la parte más alta del terreno. ¡Ahí lo vi!, un compa se estaba revolcando en la orilla del camino , pero con la velocidad y el efecto de la curva , sentí que lo iba a atropellar, frené como pude y me bajé a auxiliar al amigo que no cabía duda o estaba bien borracho o estaba bien herido pues se encontraba encorvado quejándose lastimeramente . ¿Quién es?- me preguntó mi hermano-, al tiempo que se bajaba también con las mismas intenciones. Cuando volteamos al lugar donde estaba quejándose el compa ..¡Ya no había nadie!. Nadie absolutamente ni huella de que alguien hubiera estado por ahí, solo los grillos se oían entre los montes vecinos, empezamos a sudar y a sentir calosfríos, los otros dos hermanos que venían con nosotros ni cuenta se habían dado pues se pusieron a orinar aprovechando que nos habíamos parado. Estoy seguro que fue una aparición, un espanto , porque no solo lo miré yo , sino mi hermano también

miércoles, 29 de octubre de 2008

ESCRITO PARA EL DIARIO LA OPINION DE MINATITLAN



ASI SE MIRABAN LAS CALLES DEL PLAYON SUR EN MINATITLAN



CAPIROTADAS
Por Dr. Amadeo Cervantes López- Dermatólogo-
SALUDO.- Aprovecho el espacio que me brinda el querido Diario “La Opinión”, para mandar un saludo a mi amigo y ex compañero de equipo- de todos los que juegan –de softbol, el ínclito y nunca bien ponderado Gilberto Domínguez Cubillos alias “el Zepelín. Al Zepelín solo el megáfono le falta para parecer un director de cine. Abandonó el viejo Jepp, ahora llega en tremenda camioneta suburbana, se estaciona frente a las “Ligas Pequeñas”, saca su silla de “director de cine” y la extiende en las praderas cercanas al jardín izquierdo. Desde ese sitio el Zepelín diserta sobre Beisbol y Softbol y critica o festeja según el caso las jugadas de los equipos contendientes. Se que se le hace agua la boca, por estar chiroteando en el campo, pero debe sentirse satisfecho por su labor en los diamantes y disfrutar estar ya en el SALON DE LA FAMA. ¡Animo Flor de Caña!.
JUEGOS DE SOFTBOL.- El Expreso Verde del Sureste, cumplió una misión más y derrotó, en trepidante encuentro –como se están acostumbrando- a Jubilados Actuales -4 a 2- el pícher ganador fue Oscar Rodríguez con relevo de el popular Mirinda.
Este sábado a las 10 horas los Navieros de Guillermo Pérez-en los que ando colado- jugarán en el campo del ADM, esperamos sacudirnos la mala racha que traemos. El mismo sábado pero en horario diferente –eso espero – los Rosales Sport, también tendrán actividad en el campo del Carrizal- de los Choferes – Y pa cerrar con broche de oro a las 3 de la tarde en el Nanahuatzin estaré con mi equipo los Lobos de la Reconfiguración.
LIGAS PEQUEÑAS.-Hermosa etapa la que están viviendo los muchachos de Poni menor y mayor. Ya sus cuerpos responden a la rutina del ejercicio, sus reflejos están a plenitud, tienen una gran vida por delante y son privilegiados. Tienen un hermoso campo de beisbol como los mejores del mundo, entrenadores que se preocupan por ellos y la oportunidad de disfrutar de este bello juego tan completo que es el beisbol. ¿Pero que es lo que pasa?, me ha tocado ver que algunos equipos no se a completan a la hora de jugar, que muchos muchachos no saben la gran oportunidad que están viviendo, y aunque tienen mas responsabilidades escolares, las dos horas que le dedican al juego es una inversión muy valiosa que deben de aquilatar. Quizá los padres nos desatendemos de ellos pensando que ya son grandes y responsables y los mandamos solos permitiendo que esa libertad los vuelva irresponsables en el juego. Nosotros como padres creo que también debemos de disfrutar esos juegos, apoyar a nuestros hijos y seguir haciendo de el movimiento de LIGAS PEQUEÑAS , una gran familia creadora de buenos jugadores ,pero sobre todo de buenos ciudadanos.
INUNDACIONES.- La televisión llevó a todo el mundo las imágenes de nuestro sufrido Minatitlán bajo el agua .Recibí telefonazos de parientes y amigos de Sinaloa y EEUU, preocupados por lo que estaban viendo. Actualmente, aunque el agua ya bajó en la mayoría de las áreas afectadas, las necesidades persisten. A la gente se le echaron a perder todos sus muebles, animales domésticos y en las rancherías, vacas y caballos fueron diezmadas por las inundaciones. El Gobierno Veracruzano y el Federal, han paliado un poco esta desgracia con la ayuda en vales a las personas mas afectadas, en buena hora.
Sin embargo a mi compa “miel de tábano” Heliodoro Tadeo Pérez, se la querían hacer de “topillo”. Nomás que el viejo lobo es muy colmilludo, por algo ha sido gestor de su colonia y representante legal de cuanto ciudadano sufra las injusticias de la ley. Este quijote sin caballo se ha caracterizado por todo menos por dejado. Así que cuando puso su petición de ayuda por los 40 patos que se le ahogaron ahora con las inundaciones, fue a cobrar y un funcionario menor –de los que nunca faltan – se la estaba haciendo cansada. “No señor Tadeo “-le dice el empleado con mala fe-“no le podemos pagar sus patos, eso no procede porque esos animales saben nadar muy bien y hasta vuelan, como se le iban a ahogar, no procede y no procede “. “Ah eso si que no –se defendió nuestro héroe- lo que no saben ustedes es que por que vuelan y son buenos nadadores mis animalitos y no quería que se me fueran, los amarré y por eso se ahogaron, así que si procede y si no me voy a instancias mas altas”. La cosa es que a mi cuatacho Tadeo le pagaron sus patos, y ahora anda escondiéndosele al “Peje” López Obrador, porque este lo quiere de defensor de su causa, pero de gorra, y “miel de tábano” no da paso sin huarache, así que no habrá de piña para el “legitimo

sábado, 25 de octubre de 2008

RECUERDO DE MIS CHAMBAS



LA FOTO MUESTRA LA CALLE 5 DE MAYO CUANDO SE INUNDO POR EL CICLON DE 1962


Corría el año de 1961, Guamúchil estaba pequeño aún. Lucía en una placa de lámina en su entrada norte: Guamúchil 23000 habitantes. No había calles pavimentadas y en tiempo de lluvias, se hacían unos atascaderos por todos lados, desde el centro mismo del poblado, donde las chapalas, lagunas y represas abundaban. La laguna , eso era, una laguna y cuando el rio bajaba lleno las aguas que desembocaban a la laguna y de ahí al rio , eran retenidas hasta que este bajaba , así que esa zona baja de la calle 5 de Mayo por donde estaba la vieja secundaria .Hoy creo que está la colonia “Las Garzas”. Por la calle Juárez, a dos cuadras de la 5 de mayo en la pura esquina, estaba la peletería la Sinaloense, sus carritos paleteros tenían un conejo sentado comiendo paleta. El dueño de dicho negocio era Don Galo, un señor güero alto como de 1.80 de estatura ojo azul y originario de Jalisco o de Michoacán, no estoy seguro, caminabas un poco y en la otra esquina por la misma calle estaban los “Monigos”, que se dedicaban en su taller a la soldadura y a la herrería, frente a ellos tenía su casa el señor Alberto Vega Chávez, quien fue el primer presidente Municipal de Salvador Alvarado, seguías por la misma acera y vecino de Veguita estaba Magdaleno Vinales . Ya en la esquina con Rosales se ubicaba la Escarcha, nevería, donde íbamos la plebada a ver a las plebitas bonitas de Guamúchil. Y frente a la escarcha el “Gunfimacar” de Gundérico González.
Llegué todo hereje y bajado a tamborazos de las Higueras, pero rápidamente me integré a Guamúchil, su gente siempre amable y trabajadora, además de carrilluda, te hacía sentirte bien. Yo vivía con mi tío Alfredo –hermano de mi padre – y fui ahí a estudiar la secundaria. Me recomendó mi tío que emprendiera un oficio o que trabajara en algo, para mis cuadernos y mis golosinas. Como lo único que sabía hacer en esos tiempos era sembrar y limpiar la tierra, se me hizo fácil irle a pedir chamba a Tío Galo, como paletero. El tío muy amable, me dijo que no había problemas, que al día siguiente después de que yo saliera de mi escuela, me hiciera presente en su negocio, para que me asignaran un carrito y me surtieran de la mercancía. Inicié mis labores al día siguiente, nervioso y alegre. Me recibió tío Galo y me mandó con su hija para que me asignara carrito, una vez que lo hizo le recomendó a uno de los plebes mayores y viejos en el negocio, que me orientara como debería de preparar el carrito. Llenando los depósitos de hielo molido para la conservación del producto, las paletas de diferente precio, los tarritos de nieve y los esquimales que eran los más caros. Una vez hecho esto agarré por la Juárez derechito a los terrenos que yo conocía y sabía que podía vender las paletas .Llegué a la cooperativa de camiones de la sierra, que también era de los Norte de Sonora. Me planté frente al chumilco de los Loera Aguilar –el Chacho y el Mito eran mis compañeros de secundaria-. Llegó un camión que iba a Nogales, agarré tres nieves y me arrimé a la ventanilla del mismo y las empecé a ofrecer, cuando me caen tres plebes bien encabronados .Me decían que yo no podía vender ahí por que ellos ya tenían mucho tiempo , y ese era su lugar , así que yo debería ahuecar el ala . Me quedé haciéndome el tontito y volví con las nieves y vendí cuatro en un ratito, luego fui a sacar mas al carrito cuando veo que las paletas se me habían derretido todas, un montón de palitos nomás había en el piso del carrito paletero. Me entró el pánico y me fui volado a la paletera para ver que había pasado. Llego y dice el tío Galo que si quien me había enseñado a empacar, le dije quien y lo llamó. Habló algo con el y después miré que lo estaba regañando. Es que el recabrón chamaco no me dijo que había que ponerle un resto de sal en grano arriba de los botes con hielo, para que el hielo no se derritiera y las paletas duraran. Ese fue el motivo de que se me derritieran todas.

jueves, 23 de octubre de 2008

RECUERDOS DE MI NIÑEZ


Los animales. Bestias, mulas, burros y caballos que tuvimos en nuestra casa, cuando yo era un plebito, los recuerdo con claridad asombrosa. Casi todas eran propiedad de un hermano de mi papá – mi tío Valerio-, pero por razones de trabajo, mi papá trabajaba con el, siempre disponíamos de ellos como si fueran nuestros. La mula Palomina – así se llamaba – era alta gorda y aparentemente muy calmada, pero tenía una particularidad. Era muy Pajarera, o sea, que ibas muy confiado montado en ella a buen paso por cualquier camino, y de repente si miraba una tusa o un cachorón que se moviera entre las varundas, se pegaba un susto y brincaba hacia un lado bruscamente tumbando casi siempre al confiado jinete que la montara. Recuerdo una vez que íbamos por el viejo camino del panteón al Noroto, en el arenal –afortunadamente – mi papá, y yo en las ancas de la mula. Era en la tardecita y yo iba agarrado con una mano a la teja de la silla, mientras que con otra sostenía una jarrilla de peltre llena de manteca de puerco, líquida, aún calientita, la jarrilla, llevaba tapa, y un palito de escoba atravesaba de lado a lado evitando que la tapa se soltara. Apenas habíamos bajado del pedregal para entrar al arroyo arenoso y seco, cuando un conejo brinca de entre unos matanenes o tatachinoles, no recuerdo que mogote era. Pegó un reparo la mula que nos aventó como a diez metros de distancia, cayendo los dos en lo mullido de la blanca arena. A mi padre se le derramó la manteca en el sombrero y le chorreaba por la cara y el pecho, yo enterré la boca en la arena y estuve buen rato escupiendo para tratar de sacarme la arenosa tierra. Nunca se me olvidó ese accidente mular y siempre que lo platiqué mi papá aseguraba que a el no lo tumbó, que solo yo me caí.
El Porsiacaso, era el nombre de un caballo, manso y perezoso. Era alto color alazán tostado, muy flaco, le contábamos con facilidad las vertebras dorsales y lumbares del pobre animal. Y no era que no comiera, esa era su muy especial forma de ser .No engordaba ni con cortisona. Esa misma flaqueza, hacía que se le formaran mataduras, en el lomo con cualquier silla que se le pusiera. Lo usamos mucho cuando estirábamos -jalábamos- el bote de agua de la noria para llenar la pila donde bebían las vacas. El tiro era como de 15 metros .Había un recibidor del tarro de cuero crudo que hacía de bote para el agua , y el caballo ya estaba bien entrenado para jalar .Salía cancinamente y cuando el bote lleno de agua estaba a la altura de la cintura del recibidor , se frenaba solito y se daba la vuelta para darle mecate al que vaciaba el agua a la pila .Dos veces al día todos los días durante tres años , usamos al Porsiacaso y nunca nos tumbó a mi hermano ni a mi ni nos hizo una trastada .
La Patachueca era otra cosa, esta era una mula pequeña y nerviosa. Desde que nació lo hizo con una tara, la pata izquierda quedó mas pequeña y flaca, aunque siempre llegaba a sostenerse en ella, solo que no apoyaba con el casco sino con el dorso de su pata. A pesar de su defecto era poseedora de una “andadura” envidiable, serenita se desplazaba, como si no padeciera nada en su pata. Desde joven, la mula, protestaba por que le jalaran los pelitos de sus ancas, y lo hacia de una manera muy especial, empezaba a reparar y tirar patadas haciendo circulo un buen rato hasta que volvía la calma, se serenaba y como si nada. Conociendo esto mi papá, la usó como táctica para salir bien librado de algunos pleitos de cantina que tuvo en el Cerro Agudo y en el Becal, cuando andaba de perdulario. Una ocasión le salvó la vida , pues estando mi padre cierta aciaga noche , en un billar del rancho, bebiendo con parientes y amigos , explotaron en ese lugar y esa noche corajes guardados .La luz del billar se fue .apenas un oh de exclamación que fue acallado por los truenos repetidos de varias armas , quedando tendidos Gaudencio Avilés –mi tío Bencho-y el Güero Valdez. Ambos inertes por las balas que dispararon sus enemigos. Mi padre fue perseguido, se subió a la mula le jaló los pelitos, y esta empezó a remolinear tirando patadas, en la oscuridad entre bosques de agustinas que rodeaban el lugar .Después salió disparada por el camino hacía afuera de la ranchería y las balas silbando alrededor de ella. A mi papá no le tocó ninguna de las balas enviadas , pues al empesar a reparar la mula lo aventó al agustinal donde quedó atontado un rato , los matones creyeron que había huido y se desentendieron de el. Al rato salió de entre las ramas, con la camisa llena de leche de agustina y con un cuerno lepe en la mano, sin nada que lamentar en su cuerpo ..

lunes, 20 de octubre de 2008

RECUERDOS INFANTILES -EL DEDO-



Charco Largo .Miles de recuerdos, cuando el cerebro está virgen y es mas receptivo. No se me olvidan los 3 años que viví en ese pedacito de tierra, donde nacieron dos de mis hermanos, y disfrutamos de nuestra infancia. Crecimos trabajando la tierra, a la que aprendimos a amar y a disfrutar. La amasábamos haciendo vasijas de barro, la acariciábamos hundiendo en ella las semillas húmedas de sandía, o caminábamos sobre ella en los surcos recién abiertos, tirando el maíz, y como la mayoría de las veces andábamos descalzos, sentíamos la caricia suave y tibia de la tierra en nuestros desnudos pies. Amén de sembrar, acarrear leña, pastorear las bestias, lazar becerros y pialar vacas cuando las ordeñaban, había que alimentar a los marranos. Mi papá siempre tenía una hermosa crianza de puercos, de una variedad que el le decía alazanes y güeros, por su color. Eran marranos muy altos y largos, que los tenía para cría, los alimentaba con bledo verde, con calabazas y machigüi, y si quería engordar alguno lo apartaba del chiquero y lo alimentaba a base de maíz remojado.
El chiquero era grande, estaba hecho de palo acostado, uno sobre otro, detenido por dos postes a cierta distancia, la puerta era una piquera que se amarraba con un pedazo de soga delgada. Tenía ese día como 12 marranos de diferente tamaño, a los que había que darles calabazas. Empecé a picarlas con un gran machete que apenas controlaba por el peso y mi tamaño pues era yo bien flaco, las agarraba de la “quicha” ya fuera segualca o arota la calabaza, tenía que ser picoteada para que la aprovecharan los cerdos. Esa mañana ya casi terminaba con mi tarea, cuando perdí el control del machete en el último pedazo que quedaba. Solo sentí un dolor fuerte y caliente el área, miré brotar la sangre bombeada por mi corazón, a cada sístole paraba el chorro de la misma llenando los postes y a los marranos que empezaron a chillar como si a ellos hubiera cortado .La cortada me agarró el pulgar izquierdo, el índice cortó el primer artejo por completo, el dedo medio le llegó hasta el hueso. Yo sentía que me mareaba y creí que me caería, pero llegó mi papá y me agarró la mano y le enredó un trapo con tractolina, después recogió el pedazo de dedo que había quedado arriba de uno de los postes y se le guardó en la bolsa de la camisa. Me llevó pa la casa, cuando mi mamá me miró así se desmaya y mi nana igual. Ensilló la mula “pata chueca” mi apá y me subió en ancas y salimos corriendo hasta llegar al Cerro Agudo, nos fuimos directo con Francisco López, el dueño de la Botica y de la peluquería del rancho. Chico era el médico de la localidad, me lavó las heridas y me las pegó con bandas adhesivas, luego lavó bien el pedazo de dedo que llevaba mi apá en la bolsa y me lo empató para ver si se pegaba en la herida grande, le llenó de polvo de sulfatiazol, lo vendó bien y a los 15 días me lo desató. Las heridas cicatrizaron bien, el pedazo de dedo que me pegaron, prendió como si nunca se hubiera cortado, pero nunca mas creció.La uña de mi dedo índice es del tamaño que tenía cuando lo corté, pero la sensibilidad es perfecta, eso quiere decir que el nervio también se reconectó, lo mismo que las venas y arterias. Ni un punto de sutura me puso, que bueno era Chico como doctor, sin ser médico.

sábado, 18 de octubre de 2008

RECUERDOS DE MI TIERRA-PABLEIS-


Platón Avilés (+), vivía en la vieja casa de sus abuelos-bisabuelos míos-. El se quedó con esa propiedad, compartiéndola con otro hermano a quien le decían el “Canana”. Vivía con su esposa, sus hijos y un cuñado. Pablo Álvarez –el cuñado- es una persona, a la que podíamos llamar inocente. A pesar de ser adulto su mente y corazón parecen las de un niño –solo en malicia -,pues como adulto manifiesta su madurez siendo novio de todas las muchachas guapas del rancho , conforme van creciendo las plebes el las va seleccionando como novias , aunque ellas nunca lo saben. También se desenvuelve bien en las labores del campo , trabajando como todos . Físicamente es poco agraciado por la naturaleza. Chapito muy moreno , con nariz abultada , cabeza grande , que se ve aún mas por su pelo que es rebelde y como se lo deja corto los pelos salen como púas de un puerco espín has de cuenta un fruto de pitahaya, por ser cabezón y moreno le llamaba la raza del rancho “el hormigón de palo”. Sin embargo como persona es sumamente agradable y siempre fiel y servicial con su cuñado, a quien le daba servicio de secretario, mozo y guardián. Platón depositaba su confianza en este cuñado, que le servía con fidelidad.
Chachito-mi papá- primo hermano de Platón, se llevaba muy bien con Pablo, y gozaba de la candidez del Hormigón de palo, quien en su “fallez” hablaba en inglés, con mi papá. Naturalmente el inglés que parlaban era solo vacilada, pues ninguno de los dos lo habla y lo único que hacían era agregar una terminación de “eis” a las palabras para fingir que lo hacían. Se encontraban y le decía mi papá: “Pabléis que hais” -contestaba Pablo-“Nadéis Cachéis” , y así sus vaciladas varios años.
En las Higueras, la raza es muy cervecera, a todo mundo le gusta pistiar y lo hacen con alegría y muchas veces sin medida, aunque en casa no haya comida. Naturalmente muchos son muy golleteros, y si saben de algún guatequito por ahí, pues se hacen presentes, se arriman a la pachanga y no falta quien esté conectado con la familia de la fiesta y empiece a sacar cervezas a los no invitados . Esto es muy común y molesto para los anfitriones, pues la realidad no hay presupuesto que alcance para dejar satisfecho a los gorrones. Platón bautizo a una de sus plebes. Compró 20 cartones de cerveza. Mató un chivito y lo enterró en la tatema den que la Socorro-su hermana-. Para la tarde la gente ya se arremolinaba en la casa de Platón, y este que era previsor, le ordenó a su cuñado Pablo que pusiera a enfriar la cerveza en unas tinas de lámina, que les echara unos costales encima y que no les quitara el ojo de encima, que el era el responsable de dar o negar cervezas y que ya sabía a quienes darle. Además le ordenó que guardara cuatro cartones para que el día siguiente pudiera curarse la cruda el y sus compadres. Pablo se cuadraba como militar y sus ojos denotaban la alegría de sentirse con autoridad para manejar a la plebada –muchos de los cuales se burlaban continuamente de el por su físico -. La pachanga se efectuó y en menos de dos horas la cerveza se terminó, la gente estaba picada y no había ni aguajes donde comprar. Empezaron a presionar a Pablo para que sacara más cerveza y este duro y estoico no dio su brazo a torcer. “No hay”- decía – “Ya se terminaron “. Rubén Espinoza y Benja Mendoza, que eran de los más amigos de Platón, insistieron con Pablo de que sacara el “clavo”, y este imperturbable no cedió. Y ala gente estaba resignada a que no había bebida fría, solo unas botellas de sollate y cascahuín empezaron a rolar, cuando llegó mi apá.
_“Llegaste tarde Chacho- dice el Tata- ya no hay cerveza”.
_“Como que no va haber-dice Chacho- si trajeron 20 cartones de Pacifico”
_”si pero se acabaron temprano y por mas que le decimos al hormigón de palo , no suelta nada “-insistió Melchor
_”Ahorita se las saco yo” –dice Chacho al tiempo que llama a Pablo.
_”Eh Pabléis hay cerveceis??”-le dice Chacho a Pablo
_”Seis cartoneís debajo de la cameís de Platoneís”-contesta Pablo. No Había terminado de decir, cuando la plebada sacó toda la cerveza y le dio matarile.
_”Que hiciste pendejo”-gritó Platón a su cuñado-“te dije que no dijeras donde estaba la cerveza”- agregó-.
Pablo muy apenado se defiende:”Yo no les dije, estábamos hablando en ingles Chacho y yo y alguien nos entendió” –dijo inocentemente Pablo. Este es un recuerdo verídico que alegra mi humor cuando lo evoco.

viernes, 17 de octubre de 2008

REGRESAN LOS MUERTOS??


Se llega día de muertos, de todos santos o de Halloween como dicen nuestros primos , y según las creencias de nuestros ancestros, hay que hacerles altares para poner en ellos las fotos de nuestros muertos , además de ofrecerles en ese altar las cosas que le gustaban en vida , generalmente cosas de comer o beber, así que se llenan los altares de frutas multicolores , cigarrillos botellas de cerveza, y cuanta cosa se nos ocurra o recordemos que apetecía el difunto(a), y juran los creyentes , que esa noche de difuntos , han llegado los espíritus a visitar las ofrendas dejadas y hay quienes juran haberlos visto ,en esto de los fantasmas y espíritus ,pues es meterse en honduras , pues como puede que si puede que no y lo mas seguro es que quien sabe pero a mi me pasó un caso que me deja dudando.
MI compadre Gustavo del Real, hijo de una pareja Rosarense (del Rosario Sinaloa) pero radicada en Guamúchil, donde hicieron su vida y nacieron la mayoría delos hijos, mi compadre Gustavo y yo hicimos una sólida amistad, que afianzamos, además de ser paisanos, con la confirmación de su único hijo varón, durante casi 30 años de radicar en Minatitlán, alimentamos esa amistad ,pues además nos unía el origen y nuestras costumbres Sinaloenses las conservábamos ilusoriamente ,por lo menos, en nuestras charlas …La cosa es que siempre me visitaba en mi consultorio y a veces lo hacía dos veces por semana , cada vez que lo hacía llegaba con dos cervezas en lata enredadas en periódico , me las ofrecía y me decía que eran unas veladoras que había comprado para mi altar que tengo tras de mi escritorio , cuando yo rompía el papel y salían las cervezas se sorprendía mucho y me las pedía para que le cambiaran en el abarrote el mandado – puras nonancheras de viejos pues – se sentaba frente a mi dando la espalda a la puerta de ingreso que se ve –por ser de cristal- hasta la calle…Mi compadre ya tenía mas de 70 años y desde muy joven su pelo había encanecido , así que lucia tremenda cabellera plateada, era inconfundible físicamente …Salimos en diciembre a Sinaloa en nuestras vacaciones anuales y mi compadre se fue a operar a la ciudad de México , se le practicó un cateterismo cardiaco, del cual aparentemente salió bien , sin embargo tuvo después algunas complicaciones, que se subsanaron en la misma ciudad...Fue dado de alta y ya estando en Minatitlán volvió a tener problemas de salud , problemas que ya no se resolvieron y terminaron con la vida de mi sagrado compadrito …Yo me encontraba en Sinaloa y estando allá me comunicaron de su deceso ,me dolió mucho y me apenó no estar en Minatitlán para acompañarlo en sus despedida…Llegamos 10 días después del penoso hecho, la vida siguió su curso , y aquí en mi consultorio extrañaba al querido compadre que ya nunca mas vería.
Estaba dando consulta esa mañana , terminé con mi paciente y quedó la sala vacía y mantuve la puerta abierta para que pasara quien quisiera consultarse , estuve leyendo como una hora , mientras miraba a una señora que tres veces se acercó a la puerta de cristal , ponía sus manos para ver hacia adentro y se retiraba , sin hacer intento de introducirse, me mosqueó un poco por un lado la insistencia de estar mirando tras la puerta sin decidirse a entrar , así que salí y la abordé , al tiempo que la saludaba , la señora me dice , “ya se desocupó Dr.?”…No estaba ocupado –le contesté, estaba solo-..”No doctor, si yo no entraba porque estaba sentado el señor de pelo blanco con usted,¿ya salió?”…me quedé serio un rato pensando, pues que vio esta mujer adentro si realmente no había nadie, le reitero que estaba solo y ella insiste que un señor estaba de espaldas , no le vio la cara pero si su pelo bien blanco …Yo se la achaqué a mi compadre Gustavo que me había visitado , ustedes que creen …será que las almas vaguen en la tierra y puedan ir a los lugares que quieran?.

jueves, 16 de octubre de 2008

LAS VISITAS AL CHARCO LARGO


Vivir en el Charco Largo, alejados de las demás rancherías y con pocos vecinos, nos apegó mas a la naturaleza, nos hizo ser mas observadores de las costumbres de los animales, que era con los que convivíamos y de los cambios de clima, pues llegamos a vaticinar el tiempo observando a las hormigas, a los pájaros o a la nube de vapor que amanecía a veces en la base del cerro cercano. También nos volvió más sensibles y amantes de las personas, pues cuando llegaba alguien a nuestra casa nos daba verdadera alegría, ver otras caras, escuchar otras voces y saber cosas que pasaban en las Higueras o en Guamúchil. Algunas visitas eran muy conocidas y más agradables que otras.
Una de nuestras costumbres, de plebes, era ir a la puerta del cerco, que estaba en la pura orilla del camino, era de trancas largas que se metían en dos postes gruesos, a los que se les había hecho sus respectivos huecos para pasar por ahí las trancas .Nos sentábamos sobre las trancas a ver pasar los pocos troques de carga que se aventuraban en esos tiempos-alguna abarrotera, los cerveceros o refresqueros, que no faltaban- enfrente de esa puerta atravesaba el arroyo al camino real y se había convertido en una área arenosa con un piso muy blando que en muchas ocasiones propiciaba que se atascaran los carros , quedando pegados , hasta que mi padre con un tiro de mulas llegaba y los jalaba .Esta escena la vivimos muchas veces , sobre todo en tiempo de lluvias. Mi papá yo creo que rezaba para que se pegara un carro de la Carta Blanca , pues las veces que eso pasó siempre le daban un cartón de cervezas, que metía en la tina del agua de la cernada –al lado del lavadero- para tomarlas bien frías. Otras veces solo saludábamos a gente que caminaba desde el Cerro Agudo a las Higueras, pues iban a hacer sus compras de mercancía al Cerro Agudo, donde mataban res mas seguido-Chayo el Abastero-.Una vez pasó la Lipa y dos de sus hijas. Venían de compras del Cerro Agudo, nos saludaron, se pusieron a platicar con nosotros y luego se fueron a nuestra casa a tomar agua, dejando su bolsa de mandado encima de una piedra en la entrada del cerco, nosotros las seguimos , tomaron agua platicaron con mi mamá y se despidieron . Al rato se regresan y ya estábamos en las trancas jugando, llegan a nosotros y dice la Lipa, que si donde habíamos dejado el hígado que agarramos de su bolsa. Nos sacó de ondas esa afirmación, le dijimos que no sabíamos de que nos hablaba y volvieron a agarrar camino maldiciendo. Como a la semana vuelven a pasar y en forma de saludo nos dice la Lipa: “Estaba amargo el hígado tu?” …Como nos dio coraje a mi hermano y a mi , todo lo que implicaba esa pregunta, creo que nos pusimos colorados de indignación , recuerdo bien que estábamos comiendo cañas de burra –una variedad de espiga doblada que se daba en la loma colorada bien ricas-teníamos un tercio de las mismas a nuestros pies , y después de esa pregunta , como si nada nos dice la Lipa que si le dábamos cañas . Creo que esa fue la primera vez que nos portamos egoístas y nos negamos rotundamente a darle algo a alguien , ni un cañuto les dimos . Fueron las primeras personas no gratas para mi hermano Emilio y para mí, por eso cuando volvió a visitarnos a nuestra casa, para que mi mamá le hiciera un vestido a sus hijas y un pantalón a su plebe, para la fiesta de marzo en las Higueras, disfrutamos de lo que pasó. Él plebe único varón que tuvo, era de nuestra edad y lo presumía como si fuera de la realeza. Ese día estaba trabajando mi papá casi frente a la casa en un gran tajo haciendo barro para unos adobes que iba a elaborar. Una vez escarbado lo suficiente, se le echaba el agua y se le agregaba pajosos de caballo para que amarrara el barro después enlatas mantequeras se acarreaba y se llenaban los moldes adoberos quedando al sol para que secaran. Mientras se revolvía el barro lo hacían con los pies, por lo que andaban con los pantalones cortados a medio muslo, nosotros brincábamos al lodo descalzos a pisotearlo también ayudando un poquito y divirtiéndonos. Previamente a eso , había llegado la señora con los plebes y estaba friegue y friegue a su niño que no se ensuciara los zapatos “Ringo Canadá” que iba estrenando. Le llamaba la atención y casi a gritos decía los compre en Guamúchil en la zapatería de los Camacho, me costaron tanto, al rato tate quieto plebe no manches los zapatos que están bien caros, puro presumir los fregados zapatos. Cuando empezamos a brincar al lodo nosotros, se arrima el plebe de la Lipa y sin que nadie le dijera pega el brinco al lodo con los zapatos nuevecitos. Casi se desmaya aquella mujer, al ver lo que hizo su plebe, era un escándalo que se escuchó hasta Temuchina, la bronca fue , que cuando sacaron al plebito se quedó un zapato perdido en el lodo , hasta que lo encontró mi apá, estaba mas mojado los lavaron y pusieron a secar y se regresó descalzo pa las Higueras . Confieso-mea culpa- mi hermano y yo disfrutamos varios días

RECUERDOS DE MI INFANCIA


Vivíamos en medio de una parcela. Alejados de dos poblaciones equidistantes. Las Higueras y Cerro Agudo. La casa era de adobe, dos cuartos y un portal con pilares de mauto, los techos tenían vigas de amapa, una tanda de leños y tapado con tierra. Era relativamente nueva, me tocó ver que mi padre, ayudado por dos hombres más, hiciera el adobe con el que la levantaron. Vivíamos a gusto en la nueva casa .De la casita vieja aún quedaba una pared que se usó como parte de la cocina , se rescató una vieja cruz de madera , que había pertenecido a los anteriores moradores-Esteban “miope” y su mujer la “Chica”-,esta pequeña cruz estaba adornada con algunas flores desteñidas de papel de china. Se puso la cruz en la puerta principal, pa que no entrara el mal a la casa. Vivíamos en la casita mis padres y cuatro hijos, de siete, cinco dos años y un recién nacido.
Como a 50 metros de la casa, al frente, pasaba el arroyo que bajaba el agua de los cerros cercanos, su lecho era ancho y plano, con abundante arena blanca, en sus orillas crecía abundantemente la chicura y la cuavira amén de algunas higuerillas. Este arroyo, en tiempos de lluvia bajaba con gran cantidad de agua, formando grandes “burros”- olas-, pasaba también frente a la casa de Tío Rufino y Tía Virginia,-ambos del Cerro Agudo- nuestros vecinos que vivían a unos 500 metros de nuestra casa en otra parcela que era de su propiedad. La casa de ellos también era de adobe y techo de barro, pero se encontraba en una lomita, lo que la convertía en un otero y en lugar seguro para que el agua del arroyo no entrara en crecidas grandes.
El cielo empezó a nublarse desde temprano, los cigarrones hacían remolinos en la precita, las hormigas se tornaban afanosas cargando a sus hijos hacia lugares más seguros. No sabíamos de ciclones u otras tormentas que amenazaran el área, pues no contábamos con radio, realmente estábamos alejados de la civilización, pero la experiencia, le decía a mi padre, que el temporal sería grande y serio. Ya en la tarde las nubes se acercaron mas a la tierra y un zumbido sordo se dejaba oír por la cañada rumbo al cerro donde la negrura de las nubes se tornaba mas amenazante, las primeras gotas caían como catotas gordas y pesadas, dejando un hueco en la floja tierra seca, el olor a tierra mojada inundó toda la parcela, los guamúchiles altos y vidriosos empezaron a mecerse por el fuerte viento que los empujaba como manos invisibles , los perros se arrejuntaron al hornillo de la vieja cocina , mi madre recogió la ropa de los tendederos , mientras mi papá metía el viejo caballo dentro del corral. Se escuchó un fuerte tronido precedido por el relámpago y el cielo vertió sobre todo el valle el preciado líquido que tanto ansiaba la tierra .Llovió toda la tarde, el arrollo zumbaba como nunca, el viejo guamúchil que sombreaba nuestra casa en los solazos de mayo, crujió y soltó uno de sus brazos, que arrastró a otros más pequeños hasta caer a un lado del portal , el cielo se iluminaba por múltiples rayos , no supimos a que hora había anochecido , pues desde temprano todo se había tornado oscuro. Mi papá estaba preocupado, le desconfiaba a la casa , pensaba que se caería sobre nosotros , o que el arroyo entrara hasta la misma , el caso es que de repente dijo “¡Vámonos Chaga, agarra a los plebes!”, nos echaron unos costales de ixtle encima y agarramos camino ,en plena lluvia , hacia la casa de tía Virginia. En fila india, mi amá con el plebito recién nacido en brazos y nosotros agarrados de la mano de mi apá, nos fuimos abriendo camino entre las chicuras, lo mas alejado de la turbulenta corriente del embravecido arroyo, la tierra del bordo era colorada y resbalosa, se sentía pegajosa, lo que alentaba nuestro caminar. Por fin, todos entripados llegamos a la casa de los vecinos, quienes nos recibieron con muestra de alegría. Hoy no dudo de que rompieran la tensión al vernos, había miedo en el ambiente, y a pesar de estar en parte alta, la casa de los tíos se desgastaba aceleradamente de sus paredes por lo fuerte que el agua golpeaba al viejo barro. Estando ahí oí a mi padre decir, que para que los plebes durmieran tranquilos y secos, nos había llevado a la casa de los tíos. A pesar de la hora, jugamos un rato con los plebes de tía Virginia, hasta quedarnos dormidos. Los adultos no durmieron nada, pues para empezar estaban alertas y además no hubo espacio donde hacerlo pues la casita de los tíos se llovió todita. Amaneció y el sol salió derramando su calor con más intensidad que nunca. No había nubes, y a nuestra alrededor solo se miraba monte ladeado por el viento y en toda la orilla del arroyo se apreciaban restos de árboles y postes viejos que el arroyo arrastro dejándolos en la ribera, llegamos a nuestra casa con los huaraches llenos de zoquete colorado y la casa estaba seca, ni una gota se había colado por su techo, mi amá quería garrotear a mi apá .Este año que me ha tocado vivir estas grandes inundaciones , me hizo recordar esos momentos tan mojados que vivimos .

sábado, 11 de octubre de 2008

EL BONCHI


Estoy molesto, estoy encabronado, indignado. Me acusan de blando y hasta de pusilánime, porque no me gusta matar ningún ser vivo, a veces ni una sucia cucaracha. No es acertada la calificación que me hacen, amo a la vida y la respeto, y se que el equilibrio de nuestra tierra se basa en el respeto a la vida, su entorno y al planeta mismo que es el ser generador de vida y por ende la tierra vive. Me preparé y estudié medicina con la única finalidad de poder mitigar un poco el sufrimiento humano, a mi alcance. Porque estas reflexiones?.Hace muy poco tiempo, mi perra pastor murió de forma misteriosa. Todos pensamos que envenenada y aunque no se comprobó nada a nadie, la sospecha siguió. Dejo la Cleo un perrito, chirris y desvalido, que alimente con biberón hasta ponerse fuerte, juguetón y travieso. Estos tiempos que en su rápido devenir, ponen histérica a mucha gente, las cosas no salen como las planeas, y culpas al de enfrente, el tráfico es lento y se la mentoteas al que te antecede, total siempre buscamos culpables. Mi vecina, no es líder sindical ni Z ni heredera, así que se tiene que sobar la espalda para sacar la papa del día, los maridos que ha tenido, la han abandonado –o ella a ellos- el caso que no tiene aparentemente razón para estar agradecida con la vida. De ella sospechamos la muerte de la Cleo y en una guerra verbal con ella amenazó que el pequeño huérfano también le tocaría la misma suerte ..Y hoy lo cumplió..El bonchi después de desayunar sus bolitas de pedigrí, que le puse en su plato, me brinco hasta lamerme las manos y saludarme alegremente con el pedazo de rabo que dios le dio. Me vine al consultorio y una hora después me llama mi esposa para decirme, toda alarmada, que el bonchi estaba mal. Salí volado, le lavé su estómago, pero todo fue inútil…El bonchi murió envenenado a las 12.30 del día 11 de Oct. del 2008. Ahí cerquita, cuchicheando y con sonrisa malévola, alguien disfrutaba del espectáculo…Tanto escándalo por un perro..?. ¡No!..Estamos hechos de tierra , de cielo,de animal de hombre de agua, de vegetación, de estrellas, de aire, cuando algo de esto muere o falta nuestro corazón pierde un pedacito de vida...El bonchi dejó un huequito en mi corazón.

viernes, 10 de octubre de 2008

EL GRITO EN EL ARROYO


Ya habíamos sembrado. Ese año me tocó hacerlo en el cerco de los “mezquitillos”, y trabajaba para el Dr. Díaz Angulo, con su administrador, don Cornelio Herrera, hombre alto y de color muy oscuro que denotaba la sangre afroamericana, era además de muy buen carácter y amable con los trabajadores…Andaban, formando el equipo, Chachón- hijo de don Cornelio y muy parecido a él-, el compa Fausto - el mas viejo de la bola y de pura raza Cahíta-, indio rotundo que se aferraba a sus costumbres y no lo conseguías que montara una de las bestias de tiro que traíamos, Serafín Galaviz ,era el otro de los trabajadores que nos acompañaba en las labores de cultivo y limpieza del pasto que nacía entre la milpa y el ajonjolí-zacate güilanchi, gogónico, salado, bledo y güichapores-…Salíamos aún oscuro hacia el cerco, por todo el camino real que comunica las Higueras con el Palo de Asta , entrabamos a los mezquitios y en la tabla de la cañada a la vera del gran arroyo estábamos trabajando , llevábamos nuestro lonche que consistía en sopas de tortilla con huevo, muchas tortillas , una botella de café negro y a veces algún pedazo de queso o asadera de apoyo, los que ya disponían de su dinerito agregaban una pepsicola a la vitualla…Compa Fausto era mucho mas parco , frugal y escueto en su abastecimiento, pues su café era negro y sin azúcar, las sopas carecían de huevo solo era tortilla revolcada en manteca de cochino y a veces se permitía algunos pedazos de tomate, eso si , compa Fausto era un “chonte” pa comer chiles chipiltines, y cuando se encontraba una mata de estos la limpiaba, en esos menesteres se le quitaba lo calmado e introvertido , pues hasta parecía que lo oíamos cantar mientras pepenaba a dos manos cuanto chile se encontraba, estas matas abundaban a la vera del arroyo, parecía panino de matas.
El arroyón , bajaba de los cercanos cerros que se perfilan hacia el norte de las tierras donde andábamos , bajaba alimentándose de afluentes múltiples , que engrandecían su cause hasta hacer un pequeño rio , que en tiempo de lluvias intensas era sumamente caudaloso .Su cauce no se secaba nunca siempre había corriendo abundante y cristalina agua que saltaba entre las piedras murmurando alegremente, era visitado por la fauna existente en la región , por las mañanas y tardecitas las palomas ala blanca doblaban las ramas de los arboles de donde descendían a beber el preciado líquido. Venados, jabalíes, zorros y en varias ocasiones se encontraron huellas del león americano, que más de una vez pegó sustos a los habitantes de las Higueras que bajaban al arroyo cuando el rey calmaba su sed…Nosotros también usábamos el agua del arroyo para beber , pero lo hacíamos de unos pozos cavados ex profeso en la húmeda arena y un poco alejado de la corriente contaminada por excremento de tanto animal, cuando trabajábamos en esa cañada , se nos terminaba el agua de nuestros bules y nomás caminábamos un poco, bajábamos al arroyo y nos surtíamos del preciado líquido …Al entrar al arroyo , entrabas a otro mundo , estaba bordeado por vegetación alta y profusa que se juntaba en lo alto las de ambas riveras formando un domo que evitaba entrara el sol, inmediatamente se sentía el calor y la humedad como si en un sauna estuvieras , el silencio del lugar solo se rompía por el agua al correr o caer en pequeñas cascaditas , alguna cigarra desperdigada o el canto de una “coa”.
Se llegó la hora de la comida, cada quien sacó de su morral sus bastimentos, hicimos una rueda y al centro pusimos los alimentos para que pudiéramos agarrar del que quisiéramos ,comíamos y platicábamos …El tema era el grito espantoso que se dio una noche en las Higueras y que se aseguraba fue el diablo , el miedo le daba un amargoso sabor a la comida…Compa Fausto entró a la plática y con apenas un mormullo , nos dice que el grito se originó en esta parte del arroyo , la mas oscura y cerrada y que estaba enfrente de nosotros, se cambió de tema , terminamos de comer y a tomar agua ,como la mañana estuvo movida por la chamba y el calor era de mas de 40 grados en la sombra , el agua se nos fue como ídem , nos dimos cuenta que los bules se secaron y me mandan a mi-por ser el mas chico- a llenarlos en el arroyo que estaba como a 50 metros de nosotros…Caminé por la cabecera de la siembra agarré la guardarraya y llegué a la orilla del arroyo , rodee unas ramas de güinolo a la que le colgaban dos bitacheras de los alazanes , bajé por un barranquito que a la vez era la vereda para llegar al arroyo cuando mas tranquilo iba, el silencio se partió intempestivamente por un grito desgarrador que se encajonó en el túnel de los arboles y resonó como trueno de tormenta, sentí que no era yo el que oía eso , sentí que soñaba , no era posible el grito del que tanto hablábamos en las platicas de espantos , el grito del diablo en frente de mi , mi pulso se aceleró y quise gritar pero sentí que no lo lograría , estaba empanicado ,realmente viviendo una pesadilla, no se que hubiera hecho –correr , perder el sentido no se que- si no aparece frente a mi un plebe corriendo y repitiendo el grito que en ese momento hasta vi que salía de su boca , estaba llenando también un bule en el arroyo y lo arrebataron a piquetes unos jicotes-abejas gordas y bravas que están enterradas –le picaron como 10 y esa fue la causa de sus gritos …Las malditas casualidades ,yo que iba motivado por el espanto , me acuerdo y no me da risa sino siento el calosfrío que sentí ese día.

martes, 7 de octubre de 2008

PANALERO DE LAS HIGUERAS


Existen en las Higueras de los Vega, ricos panales que surten de miel al consumo local…Hay diferentes variedades de abejas, así tenemos a los “enjambres” que son los mas conocidos, sus abejas son las mas grandes y se encuentran en cajones cultivados por el hombre , estos mismos enjambres se encuentran de forma silvestre en troncos huecos de viejos árboles, muchas veces , dependiendo del tamaño del árbol y de la edad de el enjambre, se obtienen grandes cantidades de miel , la mas grande que he conocido en el rancho es de 20 litros de miel ya colada, este enjambre fue sacado en un viejo y gordo “palo blanco” en el cerro del guamúchil.Creo que lo sacaron Daniel Sánchez , el hijo del “maestro Toca” y Manuel “polio”, se ha mantenido como record sin que le lleguen , el que mas cerca ha estado es Pedrito Mendoza y Luís de los Becos, ambos juntos y a la par sacaron uno en la “piedra rajada” pero de 15 litros de miel de compio…Existe otra variedad de abeja que es la que da la miel virgen, sus abejas son pequeñitas y no pican, su miel es muy rica y no emborracha como la del enjambre , aparte los “tamalios” que no es otra cosa que la jalea real estas “colmenitas” también se dan en los palos huecos y algunas en piedras y paredones, son fáciles de sacar ,pues sus abejas no pican sino que se vana las pestañas amontonándose y tapando los ojos…La otra variedad es el panal de una abeja de tamaño mediano pero mucho mas pequeña que la de enjambre y mas delgada en esta variedad se encuentran los tenepuris y los culichis –ambos con abejas muy bravas-y no les hacemos mucho caso cuando los encontramos .Los panales estos se dan en arbustos o en árboles , en sus ramas forman grandes bolas de pencas secas sin cera en ocasiones llegan a tener hasta un metro de diámetro,es difícil sacarle la miel por lo seco de la penca y generalmente lo degustamos masticando la misma y tirando el bagazo, sin embargo son muy preciados y en los meses de abril y mayo se encuentran con abundante miel…Para localizar estos panales se requiere de un arte que en las Higueras ya pocos cultivan, se trata de mirar hacia el sol cubriéndose con las manos en forma de visera y apreciar el paso de las abejas volando hacia el panal , generalmente se siguen a partir de una fuente de agua , se camina por el rumbo que tomó la abeja seleccionada , al rato pasa otra y así vas siguiendo la dirección que llevan directamente hasta el panal , una vez que empiezan a clavarse vas seleccionando el mogote donde lo hacen hasta ver que esta un gran bulto que es el panal…Hay dos o tres muy buenos panaleros en las Higueras que aún lo hacen siguiéndolas hasta descubrirlo , la mayoría lo hace revisando los mogotes para ver si de chiripa de encuentras uno –anda mogoteando dicen -…Como ser un seguidor de panales –abejas- da cierto nivel entre la raza del rancho –pues no cualquiera tiene la destreza- hay quienes presumen de hacerlo , como un tío que anduvo presumiendo ante los sobrinos que el era buen seguidor de panales y hasta apostó que si lo acompañaban estaba seguro encontraría uno bueno …Se hizo el viaje pal “reparo”, en ese cerco había mucho monte ,llegaron a la noria de tío Juve y desde ahí agarró el camino de las abejas , ponía sus manos en visera se agachaba , corría y se iba destramando ramas de güinolo o vinorama,y nosotros tras de el sin perder detalle , a ver si le agarrábamos tips para aprender el viejo arte…Pasamos un arroyo seco ,trepamos por entre unas guásimas y con los pantalones llenos de güichapores salimos a una tabla enmontada, se paró mi tío y señaló un alto mogote de limoncillo..”ahí están cayendo las abejas , está gordo ese panali”-dijo- ,aumentamos el paso para llegar rápido al limoncillo y efectivamente se apreciaba la sombra de un gran panal, al estar mas cerca nos dimos cuenta que no había movimiento de abejas y al mover las ramas sonó hueco el bulto abandonado…No tenia ni una abeja solo unas hormigas prietas andaban curioseando entre las pencas deshechas del panal..Le caímos al cuello a mi tío quien nos confesó que lo había encontrado por casualidad hacía como un mes y se le hizo fácil engañarnos pero le salió el tiro por la culata…Se enoja aún cuando lo decimos delante de otras gentes, me imagino la majada que me va a dar cuando lea esto en Internet.