Desolado. Esa palabra creo que define mi estado de ánimo actual. Se me hace difícil digerir cuatro derrotas al hilo-de hilo soy especialista, dijo la costurera- . El expreso verde de la Cuauhtémoc iba echando humo y a pitido libre había agarrado viada por las vías del campeonato actual. Todo fue pasar por el área pantanosa ahí se nos atravesó un caimán que a la lejanía parecía una lagartija, pero, ¡Toma tu cachora! Cuando la maquina verde llegó ante el nos encontramos con el caimán más duro y fuerte, al que no pudimos mover de las vías provocando tremenda descarrilada. A la siguiente semana se repite la historia y David de la Cruz nos volvió a dar la misma medicina para propinarnos otra dolorosa derrota. Y continuamos en los talleres todos ruedas hacia arriba, la maquina ya no se oye, no hemos podido batear parece que nos están rezando. Este fin de semana, todo el equipo completo nos vamos con Naty a que nos dé una buena limpia y el próximo juego esperamos estar al 100. Aparte del “Slump” de bateo dice cachita que para acabarla de chiflar, perdimos el juego y perdimos las cartas, pues no vino a jugar Abel.
En el campeonato de softbol que se juega allá por el Carrizal, en ese si me da ánimos, pues en el primero del play off derrotamos con todas las de la ley al fuerte equipo contrario. Transito es un equipo peleador, que termino el campeonato como líder en el circuito, sin embargo no se está agarrando con la “monita de los cerillos”, sino con los campeones del torneo pasado , quienes venderemos muy cara la derrota , defendiendo nuestra calidad de campeones.
Lo de la monita de los cerillos, es un término muy usado por allá en las rancherías sinaloenses. Hacen alusión a la Venus del Milo, que luce su estampa con los brazos mochos-bonchis-. Como la mayoría de la raza no tiene idea del nombre de la dichosa mona así la bautizaron.
Recuerdo al Tío Guini, cuando agarro la ventolera de ser boxeador. Colgó en la enramada de su casa, donde guardaba el maíz, un costal con paja de cacahuate y ahí se le miraba todas las tardes dándole al costal como poseso. Le consiguieron unas peleas, en Guamúchil y peleo de gorra, pero saco gran experiencia y enriqueció su palmarés. Todo un año se mantuvo invicto –no gano ni una – sin embargo el sentía que iba bien en su carrera pugilística. Una noche en un baile ya bien pedote se puso terco con una plebe que le gustaba, pero como andaba como placa de traile, la chamaca no lo pelo ,sino que al contrario se molesto mucho que el tío insistiera en sus requiebros. Un compañero de Culiacán que iba con ella se metió a defender a la dama y le llamo seriamente la atención al borracho enamorado. El tío monto en cólera y reto a los “cates” al forastero que se atrevía a regañarlo a el que era un pugilista en ciernes y de dura pegada además. A la primara finta el forastero le pego un derechazo que dejo acostado al tío todo turulato, fue tan fuerte el trancazo que hasta la borrachera se le quito. Se paro muy propio se sacudió y le dio la mano al rival felicitándolo por su pegada, además de que “no se había agarrado con la monita de los cerillos” sino con un gran boxeador con mucho futuro. Mucho gusto –dice el forastero- pero para su información lo ha noqueado el campeón de peso ligero del estado de Sinaloa. Tampoco el tío se agarro con la monita de los cerillos .
