Minatitleco

Desde Minatitlan, Jaltipan Coatzacoalcos ,Cosoleacaque y demas poblados vecinos del estado de Veracruz se edita este higuereño

jueves, 10 de junio de 2010

SEMANA AJETREADA



HOSPITAL GENERAL DE CULIACAN


La semana se torno pesada .Dos noticias, de las que nadie quiere recibir, llegaron a mi oficina. Mi querido compadre y paisano, Ricardo Castro Bernal, estaba hospitalizado por un cuadro de insuficiencia renal crónica, complicado con un ELA (Esclerosis Lateral Amiotrofica). Este padecimiento de la ELA fue la que padeció el legendario beisbolista estadounidense Ludwig Heinrich Gehrig,- Lou Gehrig- el mejor primera base de la historia y quien fuera un ídolo con los Yankees de N.Y. Me hice el propósito de ir a visitar al querido compadre, cuando me hablan desde Guamúchil, que un familiar muy cercano estaba pasando por seria crisis de salud, lo que me obligo a partir de forma repentina a Culiacán, donde se estaba desarrollando el drama familiar. Una semana pasamos en la bella ciudad capital de Sinaloa, todos los días frente al Hospital General, formando parte del abigarrado grupo de familiares esperanzados a que los pacientes fueran reportados con mejoría. Se hace amistad con mucha facilidad, es sorprendente como la gente se ablanda y se quita las caretas con la que defienden su intimidad, y se abre el corazón a cualquier desconocido que quiera poner oído al dolor contenido, saliendo este como torrente. Estábamos cenando, allá en nuestra casa de adobes, en la sierra Sinaloense -dice una viejita llorosa- cuando tocaron la puerta, se paro mi hijo para ver quién era, nomas abrió la puerta y recibió una descarga de balas. Ahí quedo tirado desangrándose y nosotros sin poder hacer nada .Lo metimos a la casa le toponeamos las heridas con unas hilachas viejas y así paso todo un día, hasta que hubo avioneta para bajarlo a Culiacán. Ahorita le dijo el Dr. A mi nuera que estaba muy grave aun, que le quitaron el bazo y un riñón pues los tenia despedazados y no se cuantos metros de tripas también le sacaron, a mi otro hijo, el más grande, hace un año también le dieron tres balazos en la espalda y se quedo con un pulmón nomas, pero gracias a Dios ay anda tan campante. Sentados en las guarniciones de las banquetas, en las escaleras o parados recargados en los troncos de viejos laureles, la gente se cubría del inclemente sol de junio. El raspadero no daba abasto a la sedienta clientela, lo mismo afanaba el coquero con su afilado machete abriendo las duras frutas para servir la fresca agua al sediento cliente. Baja mi sobrina y me dice que ya habían salido del quirófano, que no hubo complicaciones y solo restaba esperar que la paciente saliera de la anestesia. Por el momento no había oportunidad de verla pues estaba en terapia intensiva, solo los reportes médicos serian nuestro contacto con la paciente. El tiempo paso lentamente retrasando de manera sádica su andar, los minutos se alargaban en la periferia del hospital hasta que hubo una noticia buena, ya había despertado y había comido, no podía hablar, pero sonreía y entendía lo que se le decía. Eso era realmente reconfortante. Se llego el domingo, nosotros-mi esposa y yo – emprendimos el regreso y en el camino recibimos la mejor noticia: se le daba de alta y se iría a su casa 24 horas más tarde.
Ya en Minatitlán reinicie mis actividades, programé ir a visitar a mi compadre Ricardo Castro, y este día 7 de junio a las 7 de la mañana recibí el telefonazo. Ricardo Castro ha muerto. Murió mi compadre el mero día que nació, este 7 de junio cumpliría sus 63 años, descanse en paz.
Lo rescatable de la semana , fue que le ganamos al Son del 74, un buen juego donde tuve la satisfacción de mandar a doña blanca a la calle , producir 3 carreras y anotar una. Dios aprieta pero no ahorca.