COMPA MILIO Y EL CHANATE

Los quiscales o zanates son un género de aves americanas de la familia Icteriadae, abundan en las áreas rurales y llegan a ser una plaga en las ciudades. Desde pequeño me familiaricé con su presencia en el campo, donde abundan, ya que en tiempo de “aguas”, cuando andábamos sembrando, estas aves se nos atravesaban en nuestro recorrido dentro del surco. Si, agarraban demasiada confianza y se metían entre nuestros pies, para ansiosamente devorar los gusanos rollizos de cabeza azulosa, que descubría el arado en la húmeda tierra. Algunas veces en nuestra pueril reacción , tomábamos un húmedo terrón y se lo aventábamos con la secreta ilusión de verlos caer , pero nunca logramos abatirlos a pesar de la cercanía , quizá por mala puntería o porque realmente lo que menos queríamos era hacerles daño.. Salvo en esas ocasiones de gran confianza del negro chanate en su banquete gusanil, normalmente no se dejan arrimar, son broncos y ariscos cuando les conviene. Por eso extrañó mucho la conducta de uno, ese día que mi hermano menor , estaba en el “cerco” atendiendo el “verano” de sandía. Emilio de 46 años de edad estaba sentado sobre una piedra en la vera del camino que bordea la parcela de sandia. Platicaba animadamente con otro hermano y con nuestro padre cuando un “chanate” grande, negro azulado, se acercó a el en forma agresiva, como queriendo pelear –refirió después-. Tomó un pedazo de rama de Güinolo y le tiró al chanate, este voló un poco para evitar el golpe ,y se regresó de inmediato hacia Emilio como retándolo , dos o tres ocasiones se repitió la operación de asustarlo , correrlo y el chanate terminaba regresando amenazador,. Ah chingao –dice Emilio- esto no me está gustando. El chanate y su actitud, había removido viejas y añejas supersticiones, en su pecho se agitó la angustia y un ligero temor asomó en sus verdes y rasgados ojos .Se levantó de donde estaba e invito a su hermano y a su padre a que lo acompañaran a otro lugar, alejado del ave , que desde ese momento le puso el título de malagüero, Caminaron tranquilamente , se fueron a la otra cabecera de la parcela y cuando se estaban acomodando , llegó revoloteando ruidosamente el negro chanate , hasta posarse casi en los pies de Emilio. Del temor pasó al enojo. Emilio se paró y buscó una piedra de buen tamaño para arrojarle al pájaro. En ese instante se sintió mal y cayó convulsionándose de manera alarmante. Chacho-mi padre- y mi hermano Carlos lo levantaron y rápidamente lo subieron a la troca para llevarlo con el doctor del pueblo, quien lo revisó, para ese momento Emilio ya estaba calmado de sus temblores y bien consiente participo en el examen médico donde se le diagnosticó una parálisis facial o de Bell, que requería consulta con neurología. Los días siguientes fue de visitas médicas especializadas y tomografías, de cerebro, hasta que finalmente se le dio la grave noticia de que tenía un tumor en la región frontal del cerebro, nos e sabia de que características si maligna o no ,pero el tamaño ya ocasionaba signos de alta presión intracraneal y el pronóstico –si no se extirpaba- era muy malo para su vida .El 27 de diciembre de ese año 1995 fue operado en la Cd. De Culiacán aparentemente había salido bien , pero a las pocas horas se detectó hipertensión intracraneana producto de una hemorragia postquirúrgica, se volvió a intervenir, pero ya no salió de la anestesia ,quedando en estado de coma y muriendo el día 28 de dic. El mero día de los santos Inocentes. Que percibió el chanate , que le quería comunicar a mi hermano..? O que coincidencia en la terca actitud del mismo y el desenlace fatal que este tuvo..? . Seguimos preguntándonos que pasó ese aciago día que no se nos olvida.