Minatitleco

Desde Minatitlan, Jaltipan Coatzacoalcos ,Cosoleacaque y demas poblados vecinos del estado de Veracruz se edita este higuereño

lunes, 26 de mayo de 2008

LA SORPRESA DE LAS HIGUERAS A GUAMUCHIL





SORPRESA
Alejito era feliz en el poblado donde nació .Era el mayor de sus hermanos y junto a Afra, que era el que le seguía, se desempeñaban haciendo las tareas de la casa, ayudando a sus padres. Por las mañanas iban a la Escuela, pero al salir después de comer, tenían que ir a los cercos vecinos a cortar el bledo-quelite- para que se alimentaran los cochinos en el chiquero. Otras veces dependiendo de la época del año, se tenían que ir a pastorear a las mulas al potrero, amarrándolas de los troncos de pequeños huizaches, una vez que estas habían terminado con el ralo zacate, las cambiaban a otro lugar cercano hasta que estas saciaban su apetito. Aun les quedaba tiempo antes de que el sol se metiera, para enfrascarse en largos juegos a la catota-canica-con sus amigos mas afortunados que no tenían que ayudar a sus padres para sacar adelante la economía hogareña. A Alejo le gustaba mucho leer, a Afra no tanto, y cada 15 días se llenaba de gusto por la llegada de un amigo, que vivía en la ciudad, pero que tenía en ese poblado a sus abuelos maternos. Cada vez que Necho iba al poblado, llegaba con un hato de “cuentos”-comics- : Superman, Apolong Cassidy, Roy Rogers, Gene Autry. Todos de actualidad, despertando en Alejito una imaginación vivás.Cuantas veces se imaginó que llegaba a la escuela en su caballo plateado todo vestido de negro con sus revólveres colgando al cinto, como aquellos héroes míticos de sus “cuentos” .Antes de leer tan bellos ejemplares que le eran regalados por su amigo, se enfrascaban en largas conversaciones, donde Necho le platicaba como era la gran ciudad , de donde el venía, como se comportaba la gente y la belleza de las muchachas que vivían en su colonia. Necho le hacía invitaciones, para cuando el fuera a la Ciudad lo visitara en su casa y poder mostrarle una colección de estampas y juguetes que eran copias casi reales de sus héroes de revista. Le enseñó tretas para manejar el yoyo con maestría como lo hacía él y una vez le regaló una cachucha bien perrona. Total, fuera de su hermano, el mejor amigo que tenía Alejito era Necho. Solo una vez, su mamá-de Alejito-le recomendó que no se juntara con el pues en esa ocasión se había retado con otro chamaco del rancho y en la nochecita se hizo la bola en el arenal del arroyo frente a su casa, donde se dio una pelea a mano limpia, que sacaban chispas en la oscuridad, cada moquete que se pegaban. Fue una gran pelea donde se declaró empate pues ambos salieron con la nariz sangrando y el ojo morado,: Todo el rancho se enteró y las madres se escandalizaron,. Necho dejó de ir como un mes al rancho, dejando al Alejito ayuno de sus libros y de sus pláticas. La rutina siguió y solo la interrumpió el tiempo. Tres años después, Alejito estaba listo para la Secundaria y tenía que hacerla en Guamúchil, la ciudad donde vivía su entrañable amigo. El día que se decidió hacerle la visita tanta veces prometida , la ansiedad lo consumía,. La casa mil veces descrita por Necho, ahora el se la imaginaba mas grande y bonita, los nervios lo consumían mientras caminaba devorando la distancia entre ambas colonias de lado a lado en la pujante ciudad. Eran las 7 de la noche de ese domingo que Alejito decidió visitar a su amigo, conforme llegaba a su domicilio se le iban revelando las pláticas alegres que tantas veces habían intercambiado, se imaginaba admirando la colección de Necho, cuando fue despertado bruscamente de su sueño, por tres chamacos mucho mas altos que el. Uno lo empuja y el otro lo jala de la camisa haciéndolo perder el equilibrio. Estando en el suelo grande fue su sorpresa al reconocer en aquel perdido sujeto con ojos enrojecidos por el efecto del solvente inhalado a su amigo del alma, al Necho tan querido que sin demostrar para nada haberlo reconocido iniciaba la tanda de patadas que lo mantuvieron postrado por dos semanas y con el corazón destrozado durante muchos muchos años.

1 comentario:

KDM dijo...

Pala chingada, que triste.