Corría el año 1969, nos encontrábamos en el D.F...Amontonados en un pequeño departamento de la colonia Santa María la Ribera, en la calle de Pino. El fin de estar ahí era estudiar y eso hacíamos, pero, a nadie de los residentes de ese departamento le sobraba el dinero. A veces ni siquiera alcanzaba para terminar el mes con lo de los camiones y algo para abonar en la fondita con doña “Sisebuta”. Muchas veces la última semana íbamos a comer solo caldo de res con arroz y nada de refresco. Sin embargo cuando a alguien de los compañeros le llegaba giro telegráfico, era seguro que se rompería la dieta calduda y mínimo taqueábamos en San Cosme, nos metíamos a ver una función al Rivoli o al Majesti y si nos poníamos finos nos íbamos al Opera y saliendo nos hartábamos de tacos de buche, trompa, oreja y lo que saliera .Para romper esa sequia de dinero tomamos una decisión. Nos iríamos a cantar a los camiones. Lo platicamos y llegamos a la conclusión de que cantaríamos en los urbanos, que no nos daría pena pues en esa gran ciudad nadie nos conocía y además a los tres nos gustaba cantar – Avelino Pérez, Carlos del Real y yo- hasta ahí todo bien pero no nos animábamos a poner la mano para que nos dieran algo, en eso si no hubo acuerdo a todos nos daba pena. En eso surgió un Guamuchilense de cepa, nada mas ni nada menos que Gilberto Félix López alias “el Cejas”. El cejas era el hombre show, se sabía todos los chistes del mundo y los contaba con gracia de estudiado. Desparpajado y confianzudo, cuando supo del conflicto que traíamos con la cantada inmediatamente se apuntó para cobrar poner la mano y animar a la gente a que cooperara .Agarramos la ruta Vallejo col. del Valle y al revés volteado, empezamos con la cantada y nuestro animador y representante , entró en funciones como todo un profesional, cuando empezamos a oír que las monedas titilaban en la manos del cejas , le metíamos mas ganas a la cantada y el cejas arengando a la gente que cooperaran con los pobres estudiantes provincianos que tenían dos semanas sin comer nada , que el guitarrero estaba perdiendo la vista y requería una operación urgente . La gente participaba con lo que podía y solo una viejecita que se estaba durmiendo hizo caso omiso de los gritos del cejas. Al verla tan apática se le acerca la tienta del brazo y le dice ..”Abuelita no se haga taruga cáigase con lo que pueda “..Ante el desparpajo del pilili plebe la nanita echó su veinte en la gorra de muy buena manera. El cejas tenía un gran parecido con el extinto artista Mexicano el “Comanche” y casualmente al regresarse a Guamúchil Gilberto se dio de alta como agente de Tránsito en el Municipio de Salvador Alvarado, así que ya uniformado nomás le faltaba decir que era muy celoso de su deber. Chateando con mi compadre Jorge Mejía me informa que aquel gran amigo que alegró muchos de los días llenos de tiricia en el DF , ya murió hace 4 años de cáncer ,esto sucedió en la ciudad de Tijuana
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