Hoy le dieron machetazo a caballo de espadas. Me sentí fuera de onda, con algunas molestias raras por ahí, acosté en mi chace long, me desnudé -¡apa!, me exploré y deduje que algo andaba mal, así que me fui en ayunas con Carlos Jácome y su Martita – ambos excelente Químicos. Había buti de gente en la sala, esperé un poquito y me pasan a tomarme las muestras de sangre que me dieran una pista de lo que me estaba sucediendo. Me atendió Martita y con la amabilidad que la caracteriza me hizo plática y cuando quise contestar ya me había ejecutado con tronco de aguja que manaba sangre como pozo petrolero- acuérdense que los pozos petroleros ya echan chisguetitos nomas – ahí ya me di cuenta de lo que sufren algunos de mis pacientes –no todos- y no tanto por el piquetito , sino por la desesperante espera de los resultados..¿Como saldré?..¿Me reprobaran en este examen?..-eso era cuando estudiaba- contará mi hígado todo lo que sabe de la gran cantidad de alcohol que ha pasado por el o seguirá siendo mi fiel compañero y negará todos los cargos..?..Saldré diabético como mi carga genética ordena ..? o seguiré manteniendo mi azúcar controlada a base de Noni…Que pasará que misterio habrá puede ser mi gran noche ..ya volví a derrapar..Pero realmente es desesperante esperar los resultados clínicos del laboratorio. Por fin se llega la hora anunciada y con un nudo en la garganta y mariposas en el estomago me dirigí al laboratorio Jácome a recoger mis resultados. Me los dieron y tomé aquel sobre con mano temblorosa, lo guardé en la bolsa trasera y sentí que en ese lugar latía el misterio, apresuré el paso entre a mi Consultorio y tomé asiento, tomé aire y tomé valor. Abrí el sobre y escudriñé los resultados…colesterol altísimo, triglicéridos, altísimos glucosa normal y lo que más me asustaba antígeno prostático…chanchanchanchán….salí normal…pala mecha Marimar que susto, pero solo dejaré de beber alcohol comer grasas y a seguir corriendo gracias a Dios. Y a propósito de diagnósticos. Contaba tío Güini que en los años 70 s tuvo que ir al Hospital General de México para que le hicieran una cirugía de cadera ya que se estaba torciendo como un berbiquí. Cuando iba entrando al Hospital dos muchachos que se les notaba a leguas que eran estudiantes de medicina, le hablaron para que los sacara de una duda. “Si como no”–les dice el tío, pero rápido porque tengo prisa-agregó-. Si señor dice el médico uno, lo que pasa es que mi compañero y yo apostamos a que con solo ver como venía usted caminando sabríamos de qué enfermedad venía a curarse al hospital. “Si y que fue lo que diagnosticaron doctorcitos”-dijo el tío-. Pues yo –dijo el medico uno- dije que usted caminaba así de raro porque tiene espolones en los talones y le duele mucho pisar. Y yo-dice el medico dos – estoy seguro que lo que usted trae es una hernia inguinal estrangulada que le da mucho dolor y le impide andar correctamente. “Pues nos equivocamos los tres completamente –dice el tío-, ustedes porque andan muy lejos de mi mal y yo porque creí que me iba a tirar un pedo y me equivoqué pues lo que hice fue zurrarme , por eso camino así y háganse a un lado que voy al baño”. Hasta la próxima SDQ
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