LLEGARON LAS AGUAS A LAS HIGUERAS

Se llegaron las aguas. La temporada de lluvias promete ,o amenaza , con ser una de la mas fuerte de estos últimos años.Los cacahuateros de las Higueras se encuentran ya listos para iniciar las siembras de sus tierras. Los tractores de diferentes marcas y modelos , cruzan la ranchería con sus implementos agrícolas a cuesta , con rumbo a los cercos que rodean al poblado. Hoy el ruido es de motores . Vivimos una época mecanizada completamente. y solo algunos pocos habitantes de la región , conservan en sus casas viejos arados de reja . No abundan las mulas y los machos en los corrales –esos s encuentran solo en las casas-. Cuando mucho uno o dos tiros de mulas ya viejas se encuentran en algún domicilio.Es verdad que la mecanización del campo ha logrado que la tierra sea explotada en toda su extensión y que se ha permitido hacer el trabajo del campo menos duro , menos cansado.Sin embargo he oído a varios pobladores quejarse de lo caro de la “maquila”. De que les queda poco dinero después de haber sembrado, cultivado y cosechado lo que su parcela ha permitido.Pero no podemos esperar otra cosa , pues realmente ahora poco se trabaja. Juan tiene 5 hectáreas de terreno de temporal , que le tocaron en la repartición ejidal. Esas 5 hectáreas hace 20 años , eran sembradas con un tiro de mulas , que Juan manejaba , con el arado y una cultivadora . Diario se levantaba a las 6 de la mañana para iniciar con el clima fresco su trabajo de campo.Loas animales que servían para el trabajo eran alimentados en el mismo terreno , amarrándolos en las áreas sin sembrar , donde abundaba el zacate o el bledo que era la base de su alimentación –de las mulas digo yo –. No se usaban herbicidas para matar el pasto dañino para la planta cultivada , no señor , las taspanas y los machetes , funcionaban desde temprana hora , manejados por los hombres de la casa , desde el mas pequeño , a quien se le iba formando el habito de trabajar, hasta el mas grande .Ese trabajo que no solo era sano para el físico sino para la mente , hoy se vocifera en todas las esferas de la sociedad , que se explota a los niños , que estos no deben de efectuar labores de este tipo-ni de ningún otro – que no sea estudiar y divertirse.Creo que grandes profesionistas y letrados y muchas personas útiles a nuestra sociedad, tienen la misma historia de trabajo y sacrificio de niños y de jóvenes hasta llegar a ser lo que con miles de esfuerzos lograron.No se podrá decir lo mismo de quienes todo lo han recibido en la boca, sin esfuerzo, sin trabajo y sin disciplina y que ahora reclaman como obligación , que el gobierno y la sociedad les siga dando las facilidades a las que fueron acostumbrados.En fin que después de la soba y el trabajo comunitario se cosechaba y quedaba siempre algo para vivir con holgura. La paja se almacenaba para alimento de los animales , se apartaba semilla para la próxima siembra y hasta se hacia siembras de verano.Ahora el dinero se va en Diesel , refacciones , operador , carga , descarga, traslado etc.... Y a lamentarse de que todo está muy caro.Pero la realidad es que no se trabajó. Siempre fue alguien a hacer la chamba por nosotros y al final es quien se llevó la ganancia.En el área rural , antes era raro que hubiera diabetes , cardiacos –a pesar de fumar y comer con manteca de cochi-. Estas enfermedades se dieron a raíz de que los pobladores dejaron de hacer el esfuerzo físico – caminar, cargar, atalar. deshierbar,montar-.La modernidad trajo a las rancherías la ociosidad el tiempo libre , el sedentarismo y si le agregamos el cambio de hábitos alimenticios , la oportunidad de tomar mas alcohol –no aquel tequila o mezcal casero sino cerveza que los engorda y vuelve blanco fácil de enfermedades-. Yo en mi almacén neuronal , aún escucho el ruido de las cadenas de las bestias en guarnecidas,aún siento en mis descalzos pies como los acariciaba la húmeda y negra tierra que recibía amorosa la simiente del maíz , ajonjolí o cacahuate ,me humedece el vapor que emanaba de entre los surcos como si fuera el aliento de la tierra y en ningún momento reniego de las desmañanadas para darle de comer a las mulas , ni de los ríos de sudor que dejamos en nuestras tierras para poder cultivarlas. Las aguas han llegado en buena hora.