RECUERDOS DE MINATITLAN

Dentro del gremio médico que ejercíamos en la bella ciudad de Minatitlán Veracruz, en los años ochentas, se encontraba el dilecto y fino amigo, Miguel Candanosa Ayala. Norteño de cabo a rabo. Nuestro colega y amigo Miguel Candanosa era –ya murió y descanse en paz- un cirujano que hizo su residencia en los EEUU, lo que le permitió perfeccionar su ingles , amas de ser gran cirujano , de manos finas, era un gran clínico , que cual Sherlock Holmes con un vistazo ligero hacia diagnósticos acertadísimos . Solo al ver al paciente y ya apreciaba una “facies”-cara de enfermo - de cualquier mal y si en su deambular el paciente mostraba algo mas pues Miguel cazaba ese dato al aire cual águila hambrienta y procesaba los datos con vertiginosa velocidad dando un diagnostico acertado y rápido, solo basado en la clínica, ya después estaban los exámenes de laboratorio o la exploración directa del paciente, solo para confirmar su presunción.
El grupo de norteños teníamos como centro de reunión -una tarde si y otra también- en el restaurant “El Bosque”. En esos años el dichoso restaurante era uno de los más visitados por los sibaritas Minatitlecos y de lugares vecinos. No todos éramos médicos, había ingenieros y otros paisanos que no eran profesionistas pero estaban en la ciudad aprovechando el auge de trabajo en las plantas industriales. Mi compadre Guillermo López, quien aun trabaja en la zona y radica en Coatzacoalcos, es ingeniero civil y en las diferentes compañías en las que ha trabajado, siempre trajo de dos a tres conocidos de nuestro pueblo, para que trabajaran con el .En esta ocasión se trajo a Agustín y lo llevo con el a la reunión diaria con los paisanos para presentarlo a todos y para que Agustín entrara en confianza al pueblo desconocido y lejano, al que se había aventurado por ganarse unos pesos. Agustín había hecho mucho dinero en Sinaloa, pues su trabajo era muy bien pagado – él se dedicaba a fumigar las plantaciones de tomate u otras siembras, piloteando una avioneta fumigadora-, pero la exposición a los fumigantes le provocaron un enfisema pulmonar que lo traía respirando como pez fuera del agua. La enfermedad que agarro por su trabajo no fue reconocida por la empresa y se gasto su dinero en buscar alivio. Cuando ya andaba quebrado recurrió a el compa Memo quien le hizo el paro y se lo trajo a trabajar. Todo eso nos conto mientras apurábamos a Lugo para que nos sirviera otra helada cerveza con sus manitas de cangrejo y de ese relato el Dr. Miguel Candanosa no se entero, pues estaba en consulta, sin embargo al rato llego y le presentamos al paisano Agustín,- quien ya se iba a dormir pues no tomaba y quería descansar- quien se paro para saludar al nuevo amigo y a la vez para despedirse. Agustín era chapito y delgado sin embargo a Candanosa le impresiono fuertemente, pues nomas se fue el paisano y Miguel hace su comentario. “Que bárbaro, que le hicieron al compita que va tan encabronado..? Cuando lo salude creí que se me iba a ir encima a los madrazos de lo furioso que estaba…Esa vez le falló el ojo clínico a Miguel pues el pobre Agustín apenas respiraba y ese esfuerzo que hacia lo confundió el clínico Candanosa con furia del chapito Sinaloense.