Minatitleco

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miércoles, 6 de febrero de 2008

costumbres caninas

Cuenta Tío Güini, que al inicio de los tiempos, los animales tenían otras costumbres que han desaparecido por completo. Hoy conoceremos algo de esas rarezas caninas. Resulta que los perros eran muy limpios y aseados, les gustaba mucho bañarse y lo hacían en bola, pues donde se originó la raza, existía un enemigo cruel que cada vez que tenía oportunidad los atacaba y destrozaba sin piedad. Por eso nunca se bañaban solos pues el único lago que había, lo frecuentaba el enemigo que era un feroz León.

Para evitar broncas se pusieron de acuerdo, se organizaron y nombraron un vigilante, para cuando estuvieran bañándose diera la voz de alerta si se acercaba el Le ó n.

Un día como todos los de su corta vida, llegaron al lago y, algo propio de los perros de aquel tiempo, era que al bañarse se quitaban su ano,¡ si como leen!, los perros no tenían ropa pero se desprendían de su culito lo enrollaban bien y con mucho cuidado lo guardaban en un lugar seco y seguro donde no le llegaran las hormigas u otros insectos molestos.Eran muchos canes, pero como lo hacían seguido cada quien tenía su lugar seguro para guardar su preciada pertenencia. Pasó una larga época de paz, donde el Feroz León no se dejó ver, pues andaba en actividades mas atractivas propias de su sexo, con unas leonas nuevas que pasaban las vacaciones en el lugar .En ese tiempo los canes se relajaron y hasta el vigía optaba por bañarse junto con ellos descuidando su obligación –aunque solo lo hacía en la orillita y con el ojo chicharo.

Pasó la calentura del maloso león y se decidió ir a dar una vuelta por el lago para desenfadarse.

Los chuchos estaban disfrutando a lo grande de su baño diario y como era mixto, pues ya se imaginaran la divertida que se estaban dando, todos nadando ,la mayoría lo hacía de “perrito”.,otros aprovechaban para coquetear con la vecina , a quien siempre le habían echado el ojo y hoy la tenía de pechito a su lado.Cuando más relajados estaban se escucha el aullido imperioso y lleno de pánico, del guardián, que les avisa que el león estaba en ese momento llegando a la orilla del lago.Todo fue un caos , pánico ,ladridos, carreras por todos lados atropellándose unos con otros llegan a la orilla y cada quien agarra un culito y se lo pone –se imaginan la pena de andar sin el como si nada ,no señor-, no pasó nada, el león no traía los bríos de otro tiempo-se notaba acabadón y torpe ,aunque se le miraba una sonrisa de satisfecho ..pícara. No pudo atrapar a ningún perro. Se salvaron todos pero ¡oh chasco!, ¡que barbaridad! , como les fue a pasar esto, en la prisa al salir y con el miedo cerval, agarraron culitos de otros canes y eran tantos que para encontrar el suyo les iba roncar. Pero no importó los perros eran tercos- y lo siguen siendo,- se dedicaron a buscar su culito y hasta el día de hoy lo hacen. Cada vez que se encuentran dos perros lo primero que hacen es olerse mutuamente su cola para ver si es el suyo el que trae puesto en ese momento.

1 comentario:

KDM dijo...

ése ya me lo sabía, pinches perritos, por andar de canijos.