LA VENGANZA

PRESA DE BACURATO



LA VENGANZA
La ranchería de los Ayalis esta enclavada en la naciente sierra madre Occidental. Al Norte de el Palmar de los Sepúlveda, rumbo a Temuchina. Sus tierras duras y pedregosas eran avaras para las siembras de temporal, aunque las lluvias se repetían con generosidad en tiempo de aguas. Sin embargo las márgenes del gran arroyo que baja de la sierra cercana, con su limosa tierra, año con año, se miraba verdear de milpas de grueso tallo, que brindaban las mas bonitas mazorcas. Otros sembraban frijol “seragüi” o “buchi” , y unos en especial la familia de Toño, sembraban sandía. Cada año el verano era sembrado y cuidado por los tres hermanos –Juan el mayor ,Emilio y el que era el mas pequeño de los tres - y el padre .Este último les había enseñado el secreto que rendía tan buenos frutos. La tierra aunque era regada por las riadas anuales, se mantenía muy arenosa y Daniel –el padre de los muchachos-había aprendido de sus ancestros que hacer huecos y rellenar con tierra negra de su mismo lote hacía que las matas de sandía crecieran fuertes y sanas, sin necesidad de fertilizantes y como aquel rincón estaba protegido por una barrera natural de cerros, arboles y paredones, era poco probable que adquiriera plagas que perjudicaran el verano. Los plebes crecieron y Juan el mayor se robó a una chamaca de los Troncones, a la que se llevó a vivir a la casa, junto con sus padres y hermanos. Ella fue bien recibida y se integró fácil a la rutina familiar en los Ayalis. Sin embargo a Juan se le hacía poco el dinero que entraba de las siembras anuales, el tenía mas necesidad y ahora que la Mélida estaba embarazada se le hacía que el mundo se le cerraba. Pensó en irse de bracero a los EEUU pero no quería dejara a su mujer sola y se decidió por algo que le venía bullendo desde hacia tiempo, sembrar mariguana en la parcela.
Lo platicó con Daniel y con sus hermanos, sopesaron la posibilidad y viendo que la región era visitada muy poco por gente de afuera y los soldados, que eran los que combatían esos sembradíos, no se aparecían por ahí, desde la matanza que había hecho el “Chinio” un compa muy bravo del rumbo. Este Chinio andaba de maleante en la sierrita, asaltaba gente y robaba vacas. Los agricultores cansados de ser blanco de este maleante pidieron formalmente al Gobernador, que les enviara gente a detenerlo, pues se paseaba impunemente entre los ranchos que robaba y hasta se reía de los comisarios que nunca hicieron nada por frenarlo. Esa vez el Gobierno respondió y mandó una partida de Judiciales bien armados .Ya sabían donde vivía y los judiciales se fueron derechito al rancho del “Chinio”. Solo que este también supo de la incursión de los policías. Los estaba esperando en el introito que está para llegar a Cahuinahuato, y como los carros siempre se detenían ahí por los barrancos feos que se hacían en el camino, el Chinio se encaramó en una vieja zapara que le da sombra al camino y desde ahí a mansalva acribilló a los judiciales .Quedaron doce muertos sobre la troca y dos salieron huyendo sin saber ni de sus armas. Ese año el ejército llegó a la zona y peinó los cercos y caminos, y dicen que muchas mujeres fueron violadas por algunos soldados, aunque la gente ya no quiso ni decir nada
El papá autorizó a Juan a que hiciera la siembra, y tanto el como los otros dos plebes se abocaron a cuidarla con esmero, como si fuera la sandia. Ese año tuvieron excelente cosecha . Un compa de un rancho vecino que se dedicaba a la compra y que a Juan le había dado la semilla, llegó y en una troca de doble rodado se llevó –en dos viajes- toda la hierba encostalada. El dinero alivianó a la familia y pronto se notó el cambio, pues compraron su troca y agrandaron la casa, haciendo dos cuartos nuevos pa la Mélida y Juan. CONTINUARA