REFLEJO CONDICIONADO

Recordando mis tiempos de estudiante de Medicina(uuuuu).Cuando recibía las clases de Fisiología, supe del “reflejo condicionado”. Iván Pávlov un científico Ruso , después de muchos años de estudio , determinó que un perro secretaba saliva al ver que le llevaban su alimento. De este modo el aparato digestivo del perro, se preparaba para digerir. Sin embargo tras muchos experimentos descubrió que no solo cuando miraba el alimento, el perro secretaba la saliva, sino que incluso cuando oía los pasos de su alimentador. A esto le llamó reflejo condicionado. Asocie esto a dos acontecimientos vistos por estos ojos que se comerán los Gu-sanos (ya que a los Gu-emfermos nunca les da hambre). 1.-El perro de Mayel. En la casa de Mayel viven 10 personas. El su mujer y 8 hijos, aparte del futifan, un perro de raza indefinida, de edad ídem y de hambre crónica. El futifan tiene la costumbre de echarse bajo la mesa del comedor, sobre todo cuando la familia se sienta a mover quijada. Lo hace porque los plebes más chicos del Mayel le tiran restos de su comida –sobre todo cuando esta no es del agrado de los chamacos- sacándolos del problema de terminarse platos indeseables como la salada carne de “mero”, los quelites de bledo y chuali o los ejotes con tomate. Para ellos es purga pero para el futifan son manjares. Todo fuera miel sobre hojuelas, si el futifán no fuera tan pedorro. Ya sea por su edad o por que los alimentos –no propios para perro- le caen pesados , el caso es que soplado o tronado , el perro se avienta sus aires y si se midiera la peste en escala de Mercalli-que llega su máximo a 12-los pedos del Futifan son más o menos de 13 a 14 grados. Por esa razón cada vez que al estar comiendo le llega a alguien la peste del pedo canino, agarran un palo que tienen exprofeso exclama”FUUUTA” y riata tremendo macanazo al pobre futifan que sale “hecho la mocha “gimiendo para la calle. Esto es diariamente las 3 comidas .Pedo del perro .Futa del que lo olió y garrotazo sonoro….Y a que viene esta breve historia del Futifan..? .Pues resulta que el reflejo condicionado de Pávlov esta comprobadísimo en él , pues esté donde esté el perro , nada más oye que alguien dice “FUUUTA”…y sale como alma que lleva el diablo , gimiendo como si lo estuvieran matando a garrotazos. 2.-Este otro caso, sucedió con la Pipi. La Pipi vive en las Higueras padece de cierto retraso psicomotor de nacimiento, sin embargo ella no se agüita y hace su vida normal. Participa en todas las actividades que quiere , es muy acomedida y se pone a barrer en las casas , donde aparte de comida se le gratifica con dinero , el que atesora en su abultada bolsa que no deja ni para dormir. Es pues la Pipi parte del paisaje Higuereño. Todos la quieren y ella lo sabe. Respeta a la gente pues a todos les dice tío ..Menos al mocito que se esté poniendo de moda. A ese le llama novio. Las Higueras como la mayoría de las rancherías Sinaloenses son visitadas sorpresivamente por la Marina o soldados del Ejército que caen buscando armas o drogas. Un día la Pipi iba caminado tranquilamente frente a la casa de Carlos , cuando ve una bandada de “guachos”-así dijo ella- que iban directos al lugar que ella ocupaba. Le dio tanto temor que emprendió la huida y los soldados que la vieron tan sospechosa iniciaron una cacería perruna desplegándose por toda el área para evitar su salida, pues ella se había refugiado entre unos tractores atrás de la casa de Carlos. Un grupo de 8 soldados trataron de entrar a la casa, los intercepta Carlos y les pregunta que sí que pasa porque esos gritos y carreras. “Queremos a la mujer que huyó” le dice un militar…que trae en esa bolsa y porque corrió –prosiguió-.Les explica Carlos que ella no está bien ..Que es “inocente”.-“pues tráigala”-ordenó el oficial. Y Carlos –que esta grande y fuerte-batalló más de 10 minutos para acercar a la Pipi al pelotón. Tanto era su miedo y resistencia que llegó haciendo surcos con ambos pies. La miraron los soldados y se percataron de que persona se trataba y sin más se fueros a seguir su rutina .. Ahora la Pipi nada más escucha la palabra soldado –y más si la gritan- sale como el perro de Mayel corriendo tumbando tendederos por las casas.