TIO GÚINI.,.- A pesar de ser tan desmadrozo, el tío era un hombre de vergüenza-muy penoso para ciertas cosas-y una de ellas era que nunca le escucharían que el se tirara un pedo.
Resulta que tenía una novia en las higueras y los jueves y sábados eran días de visita que no se perdía por nada del mundo. Su rutina era llegar en el caballo, amarrarlo en el horcón del portal y sentarse recargado en la pared con su novia al lado platicando de sus planes y sueños .Un mal día- que del estómago no andaba muy bien-estuvo muy incómodo en la visita ,pues los retortijones no le cedían, al rato empezó a pedorrearse, primero discretamente ,pero hubo uno que no pudo gobernarlo y en el silencio de la noche retumbó haciendo rechinar las sillas y abriendo la represa de sus complejos y temores.Un color le vino otro se le fue, y con una se levantó y sin voltear a ver a su sorprendida doncella dio las buenas noches , brincó a la montura de su caballo le dio un azote en las ancas y salió disparado rumbo a su casa. El cuaco relinchó y brioso ante la envestida de espuelas y fuete inicia la carrera que se ve frenada de manera repentina y brusca , porque en su prisa y pena al tío se le olvidó desatarlo y fue frenado de tal manera que salió volando del noble corcel aterrizando con toda su humanidad frente a la azorada damisela .Nunca mas volvió. Hasta la próxima SDQ.
3 comentarios:
Jajajajajaja, se despidió de la novia con chou completo, jajajajajajajaja.
jajajaja, no puede ser... así o más salado... bacalao pues!!
Jajajajaja, sin duda, el destino no querÍa que anduviera con esa muchacha.
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