Siendo Gobernador del Estado, el C. Leopoldo Sánchez Celis, aunque creo que desde antes , si instituyó en el Estado de Sinaloa , la ley Seca…Eso de seca era a medias , pues se vendía alcohol y cerveza –esta al tiempo siempre- en establecimientos ad hoc…Los abarrotes no vendían alcohol ni había distribuidos por toda la región los miles de expendios como ahora…Era tan dura la aplicación de la ley que si en los caminos rurales al ir en tu carro te paraba la policía y te descubría que llevabas cerveza en cartón , te lo quitaban , si bien te iba con eso y una regañada se conformaban , pero en ocasiones te extorsionaban amenazándote con el bote si no les dabas dinero …La raza que a todo se acostumbra – menos a no comer – le buscaba la vuelta y las borracheras eran las mismas…Los “aguajes” proliferaron y eran harto conocidos los vendedores , que lo hacían con la complacencia de los vecinos, naturalmente que la venta mas usual era de aguardiente , por barato y porque se ocultaba mas fácilmente a los ojos de las autoridades.
Mi tía Luisa se dedicó en ese tiempo a la venta de aguardiente en su casa, tenía uno delos dos aguajes que trabajaban noche y día en las Higueras de los Vega…Sin embargo a pesar de que el oficio era altamente riesgoso ,ella lo realizó casi todo el sexenio de Sánchez Celis…Mi tía era media especial para la venta , no tenía condición para la hora, pero si para quien , pues no le vendía a los plebes que iban a hacer el mandado, solo le vendía a los adultos y otra que nunca prestaba embase , botella o casco –como le llamaban al embase-, el que no llevara casco fracasaba irremediablemente en la compra pues la tía era inflexible en ese aspecto…Sucedió que alguien –dicen quela competencia- le puso un día el dedo a mi tía Luisa , dándole razón y señas exactas de su vivienda a los Judiciales que patrullaban las rancherías…Una vez enterados ,los judas se fueron como “cochito a la mierda” y entrando la nochecita le tocan fuertemente a la puerta…¡Toc, toc, toc! .. “Ya voy…Ya voy”-gritó tía Luisa desde el fondo del único cuarto que tenía en su casa-, se echa encima un chal –pues andaba en puro refajo ya pa dormir- y con la lámpara de tractolina humeando llega a la puerta, entreabre-media desconfiada- y al ver a dos hombres que estaban encima de la misma les dice casi gritando…”Train casco?”…Porque si no train no les vendo ni un traguito…Pobrecita mi tía de aguilita la subieron a la perica, antes de llegar a las higuerones le dieron la vuelta pues ya habían arreglado la multa…Durante un buen tiempo mi tía ya no pedía embase…
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