UNA MAÑANA EN EL RANCHO

Cuando salimos agarramos la vereda bordeada de guachapores ya maduros que se adherían a la valenciana del pantalón, Emilio agarró una espiga de saetilla y se cortó la mano, con el filo de la hoja , esas saetillas la comen mucho los coyotes para purgarse y luego se ve los rollos de excremento que dejan con el zacatito ,iba descalzo y yo con guaraches de tres piquetes, el pantalón me quedaba bonchi y los guachapores me rozaban las piernas, agarré unas hojas de rama de caballo y se las pegué en la camisa a mi hermano , estas hojas como que tienen goma en su parte inferior y si se pegan bien fuerte , cuando íbamos a trabajar al cerco ,con la taspana, luego nos las echábamos arriba de la ropa pa que dijeran que le habíamos dado muy duro a la chamba, cuando mas tranquilos íbamos Milio me empujó pa un lado del camino porque se atravesó una churea, la siguió un ratito y esta se paró pa comerse una culebra “Güirotia”, en un ratito el pleito que tenían se lo ganó la churea , que se la tragó completita, nos quedamos tan impactados por el pleito que ya Milio ni le tiró a la peleonera churea…Pa no quedarse con las ganas le aventó como tres piedrazos a un güico que iba corriendo por entre el bledal, no le dio pues a los güicos hay que tirarles adelante para pegarles…Nos metimos a un bainoral ,para encaramar cholis, en ese bainoral se escuchaban cantar todas las tardes y cuando entramos oímos el bonito sonido que hacen con sus alas , es inconfundible , aunque vuelan poco –es mas lo que corren – suena bonito el volído, ya pusimos sorcales de tallos de pitahaya debajo de los bainoros y agarramos varias cholis que comimos asaditas …Pasamos buen rato pero no salió ni una , solo una patagona en la punta de un palo blanco estaba muy horonda cantando y de pechito , Milio la tumbó del primer piedrazo, la desplumamos y agarramos por todo el arroyo pa arriba siguiendo el canto de unas cuichis , pero que va son bien broncas cuando quieren y no las alcanzamos nunca…Pero nos sirvió porque hayamos un bosque de calabacillas tiernitas todavía lechudas aparte tenía muchos huevitos-calabacillas chiquitas mas tiernitas y ricas-…Cuando comemos muchas dice la gente que le salen “chuchas” a los plebes, no le hace sabemos que con cortar una hoja de vara blanca y ponernos la savia en la boquera se nos quitan ,ese remedio que es bien bueno me lo dijo mi Tata…Nos regresamos atravesando cercos y mogoteando hasta que nos encontramos un panalón en un “limoncillo”…Buscamos un palo blanco seco, hicimos una lumbrita con barundas secas , metimos el palo seco cuando agarró lumbre le apagamos las llamas enterrándolo en la tierra y quedó humeando , se lo acercamos al panal y al ratito andaban todas las abejas arriba revoloteando , entonces lo empecé a cortar con el machetito ajonjolinero, me picaron dos abejas en la oreja y en la ceja ,pero el “panali” estaba bien lleno de miel azucarada …Cuando llegamos a la casa mi nana revolvió la miel con pinole y formó bolitas bien ricas .