Minatitleco

Desde Minatitlan, Jaltipan Coatzacoalcos ,Cosoleacaque y demas poblados vecinos del estado de Veracruz se edita este higuereño

jueves, 26 de junio de 2008

PERSONAJES DE MI PUEBLO-TIA LUISA-


En uno de esos días que Diosito amaneció de muy buen humor, se le ocurrió dibujar un pequeño valle rodeado de verdes cerros y ahí en el centro, brilla como estrella el más bello de los pueblos. Las Higueras de los Vegas que siempre están en mi recuerdo. Ahí se produce, desde hace muchísimos años, el mejor queso, el suero y el requesón. Se siembra y se cosecha en abundancia, cacahuate, sandía y tomate de exportación. No cabe duda que, sus tierras sembradas verdean como esmeraldas, formando una linda alfombra donde pone sus pies Dios, que no abandona para nada a las Higueras .Las Higueras lindo pueblito es pues por gracia de el Creador, lo mejor de Mocorito, y de todo Sinaloa desde la Concha al Carrizo.
Al caer la noche, el silencio brota de la tierra y se confunde con el aire fresco que llega del portezuelo. Las aves nocturnas arrullan con sus cantos y de los arroyos que rodean abrazando a las Higueras llega el perfumado e inconfundible aroma a chicura. Y del cerro de la “peña” alegre sale la luna, parece que está más cerca de la tierra cuando pletórica de luz se derrama entre los requiebres de las colinas que yacen al pié de los cerros.
En esas tierras , en ese rancho vivía mi tía Luisa, hermana de mi abuelo,. Ella disfrutaba de la naturaleza a lo máximo y contagiaba a la plebada al grado de tener un grupo bien formado de seguidores-niños niña y algunos adultos- que la acompañaban a la menor señal de ella para realizar diversas actividades que la llenaban de regocijo. Una de ellas muy gustada era ir a cortar salvia, para colgar los mazos de esta aromática rama, que después se usaría como condimento o pa té en diversas enfermedades. Mi tía Luisa era quiérase o no un factor muy importante en las cosechas de cada temporada, les explicaré porque. Cuando el tiempo de aguas era malo y las “calmas”-días sin llover- eran largas, ella juntaba a los chamacos, se echaba el santo de su devoción a cuestas y empezaba un periplo, un recorrido a pie por todos los “cercos”, empezaba por las calabazas seguía a las gildas, el reparo los mezquitillos, daba vuelta por el aguaje para subir a las lomas de las tochis, pasar el chapote ir al noroto, salir a la palma, daban vuelta por el cerrito. No siempre completaban el recorrido, pues después de muchos días sin llover, como por arte de magia o milagro, eran mandados a su casa por tremendos aguaceros que llenaban de júbilo a toda la gente del rancho, que estaban desesperados porque las milpas, los cacahuates o ajonjolí, languidecían por la falta de agua. Y la otra era ir a cortar roscas de guamúchil, sabroso fruto que se cosecha en los meses de mayo y junio. A mi tía le gustaban tanto estas salidas que una ocasión andaba durmiendo al nieto-el Ocho hijo de Pedrito y la Chavela- cuando el Ocho estaba quedándose quieto en sus brazos , se escucha a la plebada llegar a su casa dando de gritos:”Tía Luisa vamos a las roscas”..¡Apúrese!
Ante tanta urgencia mi tía contesta quedo pa no despertar al Ocho
-“Perense tantito déjenme acostar al Ocho”, al tiempo que cual diestra canastera de basquetbol lo avienta a la cuna que colgaba del centro de la viga agarrada con cuerda de ixtle y dos ramas de papachillo. El Ocho entró perfectamente a la cuna pero esta no tenía puesto el bastidor y se fue el plebe de paso cayendo en la base del hornillo amortiguando entre las cenizas, al instante pega el grito el chamaco mas que de dolor de susto pues no le pasó nada.
-¿Qué pasó Tía, porque llora el niño?”- preguntó la Chavela.
-“Ay Chavela no es nada –dice mi tía- es que casi se me caía el Ocho” al tiempo que lo sacudía para quitarle la ceniza que tenían lista para el agua de cernada

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